¿Cómo se mide el progreso en economía?

AutorJesús María Zaratiegui Labiano
CargoUniversidad de Navarra, Departamento de Economía
Páginas101-116
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Resumen
La crisis económica mundial ha puesto, de nuevo, sobre la mesa el viejo tema de la capacidad explicativa de la ciencia
económica. La visión convencional nos habla de un progreso lineal y progresivo en el tiempo, pero está claro que la
economía presenta aún muchas limitaciones. ¿Cómo podemos medir ese progreso real o ficticio de la ciencia? ¿Se pueden
considerar progreso los cambios en la teoría, y cómo? Hay diversas respuestas que no tienen por qué ser excluyentes. En
este artículo, usamos el método de examinar cómo se ha respondido a las mismas preguntas en las ciencias naturales,
el modelo que inspiró el nacimiento y posterior desarrollo de la economía. Además, se analiza cómo ha sido analizado,
entendido y explicado el progreso en unas y otra. La claridad de los criterios de progreso en las ciencias naturales puede
arrojar alguna luz sobre la misma cuestión en la ciencia económica.
Palabras clave: progreso económico, ciencia económica y ciencias experimentales.
Abstract
How do we measure progress in economics? Can theory change be interpreted as progress, and how? There are various
possible answers that are not necessarily mutually exclusive; the question might be seeking the answer to several puzzles,
each one of which needs to be answered differently. Perhaps the starting point should be to think about in parallel how
the same task has been carried on in natural sciences, the model that inspired the birth and further development of
economics all along. How it has been analyzed, understood and explained.
Keywords: progress in economics, economic science, experimental sciences.
Contabilidad y Negocios (7) 14, 2012, pp. 101-116 / ISSN 1992-1896
¿Cómo se mide el progreso en economía?
How to measure progress i n economy?
Jesús María Zaratiegui Labiano
Universidad de Navarra
Departamento de Economía
ECONOMÍA
102 Contabilidad y Negocios (7) 14, 2012 / ISSN 1992-1896
Introducción
El 20 de febrero de 2008, apareció en el New York
Times un artículo de D. Leonhardt titulado «Making
Economics Relevant Again», en el que se lamentaba la
ausencia de intelectuales de la talla de un Keynes, que
fueran capaces de dar forma a nuevas políticas eco-
nómicas. Se cuestionaba, asimismo, el haberse trans-
mutado en una disciplina técnica, incomprensible e
irrelevante, alejada del mundo real y las cosas que im-
portan a la gente. Cuando Leonhardt preguntó a sus
alumnos qué economistas estaban haciendo el mejor
trabajo para resolver los problemas de la sociedad, la
respuesta mayoritaria apuntó al grupo que trabaja en
el Jameel Poverty Action Lab (MIT) buscando una so-
lución a la pobreza del tercer mundo. Una respuesta
tan poco académica sorprendió a todos. Este ejem-
plo muestra la dificultad para apreciar los criterios de
avance o retroceso en una ciencia como la económica
¿Cómo saber si hay progreso? ¿Existe un criterio obje-
tivo de medición de tal avance?
Criterios hay muchos y no necesariamente excluyen-
tes. El camino que elijo arranca de las aportaciones de
la filosofía de la ciencia, incorporando aspectos que
gozan de amplia aceptación en la evaluación de las
ciencias naturales. El criterio de progreso que surge
así es entonces punto de apoyo para identificar seme-
janzas y diferencias con la evolución que experimenta
la ciencia económica. No olvidemos que esta tomó
como modelo a las ciencias naturales, pero la supuesta
crisis de la Economía explicaría su búsqueda de un
nuevo paradigma o modelo explicativo (Reder, 1999,
p. 26). Los economistas intentan emular el distintivo
de las ciencias naturales: su pretensión predictiva y de
control sobre su objeto de estudio.
Hasta 1900, se admitía que dentro de una ciencia los
cambios en la teoría eran un proceso acumulativo: ad-
quisición de verdades y eliminación de errores. Este
modelo fue abandonado más tarde —como herramien-
ta para entender el progreso científico— cuando apa-
recieron los nuevos modelos explicativos propuestos
por Kuhn y Lakatos. A partir de entonces, este modelo
esencialista de verdad es sustituido por otro semántico
en el que ninguna teoría científica reclamará para sí
un estatuto de verdad, imposible de alcanzar sin salir
de los estrechos límites de la ciencia. Por el contrario,
nos conformaremos con que sean verdaderas (no con-
tradictorias) las formulaciones generales que usamos
con fines explicativos1. Aunque son dos concepciones
incompatibles entre sí, comparten la idea de que no
se pueden interpretar los cambios teóricos como una
simple adquisición acumulativa de verdad.
En este artículo, intento precisar las condiciones re-
queridas para afirmar que existe (o no) progreso en
la economía. Con frecuencia, se aduce la ausencia
de criterios de progreso en las ciencias sociales. Para
verificarlo, aplico a la economía los criterios que las
ciencias experimentales usan para certificar que hay
progreso científico. Bajo este esquema, entiendo por
ciencia un cuerpo de conocimiento asociado con una
subcultura, cuyos miembros se comunican entre sí
mediante un lenguaje especializado. Dicho conoci-
miento está organizado en torno a varios modelos
(paradigmas) cuyas características le dan su estruc-
tura. Con respecto a ello, un paradigma (o modelo
explicativo del mundo) es un conjunto de proposicio-
nes comúnmente aceptadas, junto a la especificación
de los procedimientos por medio de los cuales aque-
llas pueden ser alteradas.
JE S Ú S MA R Í A ZA R A T I E G U I LA B I A N O
1 Debo esta precisión del sentido de verdad, y otras más, a las observaciones que he recibido de un revisor anónimo del artículo, al que
agradezco su ayuda para clarif‌icar ciertos puntos

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