Presentación: Marxismo y derechos humanos

AutorManuel Atienza Rodríguez
Cargo del AutorCatedrático de Filosofía del Derecho, Universidad de Alicante
Páginas9-25
Presentación: Marxismo y derechos humanos
9
1
PRESENTACIÓN:
MARXISMO Y DERECHOS HUMANOS
Si se entiende por “ideología” un conjunto de ideas encamina-
das a la acción, parece claro que tanto los derechos humanos
como el marxismo son dos de las más importantes ideologías
de nuestro tiempo, cuya importancia “práctica” quizás sólo pueda
compararse con la del cristianismo. Sin embargo, tampoco parece
discutible el hecho de que las relaciones entre el marxismo y los
derechos humanos han resultado ser, durante mucho tiempo, con-
siderablemente problemáticas, de la misma forma que tampoco ha
sido pacífica la conexión de estas dos ideologías con el cristianismo.
Esto último, a pesar de la afirmación frecuente (y creo que “ideoló-
gica” en un sentido peyorativo de este término) de que la aparición
en la historia del cristianismo supuso la consideración del hombre
como un ser libre e igual a los demás hombres. El propio Marx
calificó en alguna ocasión a los derechos humanos de “cristianos”,
aunque lo hizo para descalificarlos, para atribuirles un carácter
abstracto, ilusorio y, en definitiva, falso.
Si se pretende usar la expresión “derechos humanos” con
alguna precisión (a lo que, por cierto, ayuda decisivamente la pers-
pectiva marxista), resulta necesario aceptar que tal concepto, y la
realidad a la que alude, sólo puede resultar comprensible referido
a un cierto tipo de relaciones: aquellas presididas por la libertad y
Manuel Atienza Rodríguez
10
la igualdad —al menos y, quizás, sólo— formal entre los hombres,
que sólo se produce con la modernidad y la aparición del sistema
social burgués. Es decir, muchos siglos después de la entrada en la
escena de la historia del cristianismo. Por eso, lo que quizás sí cabría
afirmar —y esto es fundamentalmente lo que quiso decir Marx— es
que la ideología de los derechos humanos aparece en la historia
asociada a un tipo determinado de cristianismo: al protestantismo
y, más concretamente, a ciertas sectas protestantes.
Dejando a un lado, al menos por el momento, al cristianismo,
no cabe duda de que la tarea de definir “derechos humanos” y “mar-
xismo” ofrece dificultades considerables, pero diferenciadas. En efecto,
existen interpretaciones muy diversas de los derechos humanos y hoy
incluso podría hablarse de una cierta perdida de sentido del concepto
desde el momento en que la expresión “derechos humanos” esta tan
cargada de emotividad favorable que todas las ideologías políticas pa-
recen estar de acuerdo en la afirmación de que los derechos humanos
constituyen el contenido fundamental de la idea de justicia. Dicho de
otra forma: a fuerza de significarlo todo (o, al menos, de usarse para
justificarlo todo) los derechos humanos corren el riesgo de acabar
por no significar nada. Con todo, siempre quedará la posibilidad de
remitir para dar, al menos, una definición ostensiva de los mismos,
a la Declaración de derechos del “buen pueblo” de Virginia de 1776,
a la Declaración de derechos “del hombre y del ciudadano” de la
Revolución francesa de 1789 y 1793 o a la Declaración “universal”
de derechos humanos de la ONU de 1948. Y no nos sería muy difícil
mostrar que todos estos textos —a pesar de algunas diferencias no
despreciables— guardan entre sí coincidencias esenciales: los dere-
chos humanos son, en todos los casos, los “derechos” (en un sentido
algo metafísico de la expresión) de todos los hombres a disfrutar
de determinadas libertades fundamentales en el plano individual,
social, político, etc., y a ser tratados por igual o, al menos, a no sufrir
discriminaciones en ciertos aspectos. Incluso cabría decir que la Decla-
ración de la ONU, con sus desarrollos posteriores, ha configurado un
conjunto normativo (aunque sea difícil de considerar siempre como
una normatividad jurídica) que concita un consenso (y la sinceridad
no importa a estos efectos) prácticamente universal.
El concepto de marxismo no tiene, desde luego, menor
carga emotiva que el anterior, pero la emotividad es, en este caso,

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR