La pradera educativa

Por Gonzalo Galdós (*)En la Amazonía, los colonos que desean establecerse, abrumados por la espesura de la selva y por su incapacidad para entender cómo pueden adaptarse a este nuevo y agreste entorno, no encuentran mejor forma de empezar su intervención que incendiar el bosque, con el objeto de instalar parcelas de cultivo donde puedan cultivar alimentos o productos que les generen el sustento. Desgraciadamente, lo que no saben los colonos primerizos es que los suelos afectados por las llamas no tienen la capacidad para albergar ningún cultivo foráneo por más de dos años. Estos apenas rinden unas pocas cosechas y luego se tornan improductivos, no quedándoles a los colonos otro remedio que abandonarlos y, desesperados por la necesidad, repetir este ciclo pernicioso, incendiando otras áreas de bosque y sembrando destrucción a su paso.Desgraciadamente, ese es el mismo camino que ha elegido la Comisión de Educación del Congreso con la aprobación del dictamen de la ley universitaria. Nos ha ilusionado con la promesa de un campo de cultivo educativo futuro paradisíaco. Para convencernos, ha atacado y descalificado no solo los malos ejemplos existentes en el sistema universitario que deberían ser combatidos frontal y decididamente, sino que también, en su deseo de legitimar sus acciones, ha atacado a las instituciones privadas serias y responsables. Ha atacado a la inversión privada y al emprendimiento educativo, porque constituían la fuente de resistencia más coherente y, por si fuera poco ?por si acaso el plan de creación de una superintendencia fallara?, de contrabando le ha dejado un presente griego al nuevo ministro de Educación con la propuesta de creación de un viceministerio de educación superior, como si no fuera suficiente para un Minedu en crisis tener que bregar con el Sutep y los graves problemas de la educación escolar.Nuestra oposición a la ley ha sido descalificada, haciendo pensar a la ciudadanía que nos oponemos a la calidad educativa, cuando los hechos comprueban lo contrario, dado que tenemos ocho carreras acreditadas internacionalmente y estamos en proceso de acreditación institucional con una de las más prestigiosas acreditadoras del mundo. El mismo ataque injusto ha sido dirigido contra otras instituciones de Fipes. Nos oponemos a la ley simplemente porque consideramos que oculta cuatro vicios estructurales que le van a hacer mucho daño al país y que, a pesar de los aportes y sugerencias, se mantienen. Por ello, con un...

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