Pasamayo maldito

Por Abogado?Lengua de asfalto, principiante corcovea, del rincón a la cubeta y surcando muerte va. El viento empuja, a la arena que carcome la pendiente multiforme asociada a Satanás. Noche de niebla, donde solo los valientes de camión irreverente osarían a surcar. Un chofer irresponsable, ilegal sin uniforme y una curva traicionera se llevaron a mi flor?. Hace unos días 52 personas murieron en un bus. No es novedad. La fama del serpentín de Pasamayo le mereció incluso una canción de los Nosequién y los Nosecuántos (?Pasamayo maldito?). Los primeros dos párrafos de este artículo recogen un fragmento de su letra. El que esté en la música popular refleja que lo que vemos hoy en las noticias lo sabíamos desde siempre. Nos rasgamos las vestiduras como si recién descubriéramos lo que es obvio. Y más obvio aún: la muerte en las calles y carreteras peruanas merecería también su canción. Entre 1980 y 1990 murieron más personas en accidentes de tránsito que como consecuencia del terrorismo. Algunos han planteado incluso que los excesos de Fujimori se justificaron para acabar con la lacra del terrorismo, pero habría que preguntarse qué se hizo para acabar con una lacra que mató a muchas más personas. ¿Y quién es el responsable? Los periódicos han hecho una larga lista: los choferes, las compañías de transporte, el concesionario de la carretera, el Ministerio de Transportes, la Policía Nacional, el Ositrán, la Sutrán y hasta el Indecopi. Pero hay una institución que en todo esto ha pasado piola: el Poder Judicial. Nadie la menciona. ¿Qué tiene que hacer en el accidente? Imagínese que usted contrata un lavaplatos en su restaurante. Se le paga por plato lavado. A más platos, más le paga. Sin embargo, cada vez que este rompe un plato no asume ningún costo. Como no paga los platos rotos, su incentivo será lavar más rápido (y descuidadamente), al margen del riesgo de cuántos platos rompe. Si recibe un beneficio y no asume un costo, se romperán demasiados platos. Se genera lo que los economistas llaman una externalidad. Quien no asume el costo que genera no es cuidadoso en reducir ese costo. Se le llama así porque el agente externaliza (le traslada) el costo de su conducta a terceros. Son otros los que pagan los platos rotos. La externalidad...

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