Señores pasajeros

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogo

La justificada fama de Lima como una de las ciudades con peor sistema de transporte vial en el mundo parece llegar a su fin. Si el proyecto de reforma del transporte avanza bien, asistiremos a los últimos días de la cultura combi: nefastas costumbres y prácticas sociales que hasta hoy nos rigen y que hacen que transitar por Lima sea muchas veces una experiencia, digamos, degradante.

Sobre la base del Plan Maestro de Transporte Urbano para la ciudad, elaborado por Pro Transporte, la comuna limeña empezó con la reforma, que ya cuenta con el esperable boicot del gremio de transportistas. A punto de perder el negocio viciado de concesionar varias rutas y subalquilar sus turnos de viaje a propietarios de buses independientes (quienes a su vez subalquilan los vehículos a conductores que deben correr y pugnar por ganar pasajeros), estos señores no se hacen responsables de nada y parecen no tener voluntad de organización alguna, dejando todo a merced de la salvaje competencia de la calle.

Frente a esto, ¿qué promete la reforma? Los cambios se concentran en seis movimientos de carácter estructural: 1. Se pone en vigencia una única malla de rutas debidamente planificadas, compuesta por líneas troncales y alimentadoras, y supervisadas por una unidad central. 2. Estas serán operadas por consorcios empresariales con personal en planilla, susceptible de fiscalización. 3. Se congela el ingreso de nuevos vehículos al transporte público. 4. Se establece una nueva medida de buses patrón, para que se estandaricen las comodidades del servicio. 5. Se inició la creación de paraderos...

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