Un paréntesis necesario

AutorEdgar Carpio Marcos; Pedro P. Grández Castro
CargoDirectores
Páginas7-8

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Luego de 36 números y tres años de seguimiento a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, nuestra revista no saldrá durante el 2009. Hacia mediados del 2008, la editorial ya había decidido que el proyecto debía esperar una segunda etapa, pero no contábamos en dichas fechas que nuestro “cierre” temporal, venía también de algún modo a cerrar un ciclo en la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Aun cuando un diagnóstico en este sentido es todavía apresurado, es claro que el Tribunal con que se inicia el año 2009 no es el mismo de hace tres años, en que iniciamos nuestra publicación periódica, y tampoco se parece al Tribunal de la transición democrática, con una conformación también distinta y con una necesidad social de hacerse sentir en todos los niveles de la vida democrática, que el país anhelaba estrenar sin mayores contratiempos.

El Tribunal del año 2009 será más cauto y menos “metiche”, como ya lo ha adelantado su actual Presidente. La prudencia que se anuncia, si no supone una renuncia a las funciones básicas que se espera del máximo Tribunal Jurisdiccional, sugiere también una suerte de espacio de meditación y auto examen necesario, respecto de lo avanzado y lo pendiente. Se trata sin duda de un periodo en el que el Tribunal, sin renunciar a su razón de ser, puede sin embargo fijar los nuevos derroteros a partir de la importante jurisprudencia desarrollada en los últimos años, lo que le ha permitido legitimarse institucionalmente.

Como la jurisprudencia de los Tribunales no debe asemejarse, ni de lejos, a los planes políticos de los gobiernos que cada cinco años tratan de reinventar el país, creando con ello inestabilidad y desconcierto social; se espera que los cambios en la composición del Tribunal Constitucional no supongan al mismo tiempo, una negación de lo avanzado o, peor aún, la contramarcha. Una dosis mínima de serenidad y moderación aconseja más bien fortalecer la imagen de una institución que es capaz de asumir los cambios con lealtad institucional y con una clara vocación de compromiso con las grandes líneas jurisprudenciales que han permitido generar la confianza por parte de la ciudadanía.

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El producto más rentable de un Tribunal al que se confiere el control del poder a través de su argumentación racional es precisamente su jurisprudencia. De ahí que cuidar la estabilidad en la jurisprudencia sea también una prioridad...

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