Palmas para Mario Pasco Cosmópolis (1940-2014)

AutorMario Pasco Lizárraga
Páginas11-12
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APLAUSOS PARA MARIO PASCO COSMÓPOLIS (1940-2014)
CHEERS FOR MARIO PASCO COSMÓPOLIS (1940-2014)
Mario Pasco Lizárraga*
Ex miembro del Consejo Direcvo de THĒMIS
Dentro de muy pocos días, Paul McCartney
tocará un concierto en Lima. Iré a verlo con
buenos amigos, y estaré pensando, como lo
hago en este momento, que si la música de
los Beatles me gusta tanto, es en buena parte
porque la escuché desde muy niño. Quien la
ponía era mi Papá, porque a él le encantaba,
pero también –estoy seguro– porque quería
que a mi hermano Iván y a mí nos gustara. De
otro modo, “Yellow Submarine” no habría so-
nado tansimas veces en casa.
Es que a mi Papá, Mario Pasco Cosmópolis, le
gustaban muchas cosas pero, por sobre todo,
disfrutaba enseñar: Transmir a los demás lo
que él conocía, gustaba o sabía.
Por eso dictó clases en nuestra Facultad de
Derecho durante décadas, y esa es la expli-
cación de que una de sus anécdotas favoritas
fuera haber visitado un Juez para abogar una
causa, y terminado improvisando una char-
la para el personal del Juzgado, a pedido de
aquél. Por eso escribía incansable y perma-
nentemente. Visitarlo un sábado por la maña-
na garanzaba encontrarlo redactando arcu-
los o ponencias que, luego, sustentaría en las
docenas de congresos de los que parcipó, a
los que dedicó la inmensa mayoría de sus fre-
cuentes viajes. No es coincidencia que tama-
ña emulsión entre trabajo y descanso –largas
jornadas, sábados, domingos y vacaciones–,
se haya producido respecto de una materia
que se ocupa precisamente de ello, y a la que
dedicó su vida.
Saliendo de una niñez vivida en familia grande
–con tres hermanos: Nena, Jorge y Martha–,
quedó huérfano de padre; dejó el inconfundi-
ble silencio nocturno de Puerto Eten (donde
nació) y la disciplina del Colegio Manuel Pardo
de Chiclayo, por el bullicio de Lima y la bataho-
la intelectual de la PUCP.
Para él, tuvo que ser una perspecva abru-
madora llegar a una ciudad como Lima, en
la que casi no tenía conocidos, para empezar
una carrera sin vínculos o conexiones ni, cier-
tamente, dinero. Su respuesta fue trabajar y
esforzarse, y el resultado fue posicionarse de a
pocos como uno de los abogados más recono-
cidos de nuestro medio.
Su tesis fue en Derecho Laboral (la, para él,
arcial disnción entre obreros y emplea-
dos). Sus primeros trabajos, en la ocina de
relaciones de trabajo de una empresa y en la
de Defensa Gratuita del Ministerio de Trabajo.
Luego de ello, se aplicó al ejercicio asociado
de la profesión, el cual extendió, literalmente,
hasta el día anterior a su fallecimiento. Sólo lo
suspendió dos veces –durante un año en cada
oportunidad– para servir en cargos públicos,
pero su dedicación no fue, en modo alguno,
exclusiva: Baste para comprobarlo su parci-
pación en la fundación de la Sociedad Peruana
de Derecho de Trabajo y de la Seguridad So-
cial, hace ya más de veincinco intensos años,
y su pertenencia a la Academia Peruana de
Derecho y a la Academia Iberoamericana de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social,
en ambas como miembro de número.
Todo ese empo, el medio siglo que dedicó al
Derecho del Trabajo, comparó sus razona-
mientos dictando, escribiendo, debaendo,
con alumnos y colegas. Su urgencia por trans-
mir, entonces, lo dene como jurista, pero
pienso que también –y de allí mis primeros
párrafos– como persona.
Porque, habiendo sido abogado a vida com-
pleta, también logró estar plenamente pre-
sente y ser determinante en nuestra familia.
Aunque trabajara muchísimo, y aunque lo hi-
ciera también los nes de semana, supo dedi-
carnos empo y atención, de modo tal que su
* Abogado. Miembro de la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Socio de Ro-
drigo, Elías & Medrano Abogados.

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