Opositores, escépticos y entusiastas

AutorFernando Eguren
CargoDirector de La Revista Agraria
Páginas3-3
OCTUBRE de 2021 3
ste número de La Revista Agraria analiza, desde diferentes perspectivas, la pro-
puesta de la Segunda Reforma Agraria, que fue solemnemente ocializada por
el presidente Pedro Castillo al pie de la monumental fortaleza de Sacsayhuamán,
cerca de la ciudad del Cusco. Para mayor realce, asistieron ministros de varias car-
teras, dirigentes de organizaciones campesinas, y una nutrida y entusiasta presencia
de lugareños.
El ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Víctor Maita, había adelantado ante el
Congreso de la República los 9 ejes principales que constituirán la columna vertebral
de la Segunda Reforma Agraria. Frente a esta, han surgido tres corrientes de opinión
que veremos a continuación: la que se opone tajantemente a ella, la que es escéptica
y la entusiasta.
Respecto de la propuesta, lo que más controversia ha suscitado no han sido los
citados ejes, que, en general, son bastante razonables, sino el nombre que ha recibi-
do. La radicalidad que sugiere esta denominación no se condice con lo moderado y
convencional de los ejes, pero, en el actual ambiente político polarizado y exacerbado,
muchos ven revivir sus fantasmas guardados durante años, que tienen su origen en
la reforma agraria implementada entre 1969 y 1975 por el gobierno militar, presidido
por el general Juan Velasco Alvarado. Esta reforma puso n al latifundismo y expropió
alrededor de diez millones de hectáreas, las que fueron adjudicadas a los trabajadores
organizados en empresas asociativas y comunidades.
Dado que en los últimos treinta años han vuelto a formarse latifundios, esta vez muy
modernos, costeños y básicamente vinculados a la exportación, en las asociaciones de
empresarios agrícolas y en sus portavoces se han despertado temores de que surjan
nuevamente iniciativas expropiatorias. Temores injusticados. En estas tres décadas,
ningún partido político, incluyendo los de izquierda, ni ningún gremio campesino han
sugerido, y menos aún exigido, que se cambie la estructura de propiedad de la tierra.
Más aún, el ministro Maita ha manifestado que se continuarán con las inversiones en
grandes obras de irrigación ―Chavimochic III, Majes Siguas II, Chinecas― que, de
no modicarse los criterios de adjudicación de las nuevas tierras, democratizándolos,
terminarán reforzando el nuevo latifundismo.
La segunda corriente de opinión respecto de la Segunda Reforma Agraria es la
de los escépticos, que están a favor de que se dé un giro importante en las prioridades
de la política agraria en favor de la agricultura familiar. Este escepticismo se deriva de
los escasos recursos presupuestales asignados al Midagri, de la debilidad institucional
que caracteriza desde siempre a este ministerio, del cambio constante de directivos
en diferentes niveles, de la inestabilidad laboral y de la dependencia del ministerio de
otros sectores, a veces poco colaborativos, para lograr sus objetivos.
Finalmente, están los entusiastas, quienes estiman que el origen social del presi-
dente, de varios de sus ministros y de nuevos funcionarios es una garantía de que la
promesa de la Segunda Reforma Agraria se va a cumplir.
Esperemos que en los próximos meses se vayan despejando las dudas y que las
promesas de una Segunda Reforma Agraria se materialicen para bien del país.
editorial
E
Fernando Eguren
Director de La Revista Agraria
Opositores, escépticos y entusiastas

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