El negocio informal del futbol es mucho mas lucrativo que el formal.

AutorSánchez León, Abelardo
CargoEntrevista

Aldo Panfichi. sociólogo e hincha confeso de Alianza Lima. nos recíbe e, su oficina de la PUCP para conversar sobre la situación del fútbol peruano. Es, además, un día de fútbol: mientras nos sentamos para empezar la conversa, los jugadores de la selección peruana están concentrados en el Estadio Nacional para recibir a Uruguay en un partido trascendental por las eliminatorias. La historia, a estas alturas, ya tuvo un desenlace: jugamos como siempre, perdimos como siempre. A esperar cuatro u ocho o doce años más.

Las derrotas de la selección no tienen nada de espontáneo: se explican porque se nutre de jugadores que comienzan sus carreras en clubes desordenados, que participan en un torneo tan desorganizado e informal como La Parada, y cuyos dirigentes se benefician de la informalidad del deporte. El jugador peruano es una víctima del sistema, pero también, por medio de sus representantes, se beneficia de este y busca el lucro a toda costa. Todos estos temas son abordados por Panfichi en una entrevista que, por su contenido, pudo habernos ahorrado el sufrimiento de ver los goles de Suárez. Total la historia no podía ser otra.

¿En qué consiste el negocio del fútbol peruano?

Como todos los negocios en el Perú, existe el aspecto formal y el informal o ilegal. Si tú lo miras desde el aspecto formal, no hay negocio. Porque los clubes, hasta hace poco, han estado casi todos quebrados, a no ser que tengan un mecenas o alguna institución que los respalde. Esto además iba complementado con la falta de orden interno.

El negocio informal, en cambio, tiene distintos aspectos. Generalmente son códigos no escritos y tienen que ver con la reventa de las entradas, los dobles o triples contratos con los jugadores, que involucran a empresarios, dirigentes; tiene que ver con esponsorías informales independientes del sponsor del club, y también con todas las sacadas de vuelta en las camisetas: haces un contrato con una marca, te da los buzos y luego estos aparecen en Polvos Azules. Hay todo un negocio informal que es más lucrativo que el formal, y que ha llevado de alguna manera a este divorcio entre lo formal y lo informal. El negocio formal, hasta hace poco, era que nunca hubiera ganancia. Entonces, está la idea de que el fútbol no es negocio en el Perú.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Pero los dirigentes no se quieren ir ...

Esto tiene que ver con el lado informal del negocio. Tú tienes, por ejemplo, la venta de jugadores a través de intermediarios que pagan comisiones. No lo puedo probar, pero es un secreto a voces que se pagan comisiones a dirigentes, a entrenadores, delegados y a algunos entrenadores de los juveniles, que cobran comisiones a los padres para que los chicos jueguen. Si los van a promocionar o los inscriben en la Federación, también piden su dinero. Hay una cadena de cobros en la que ganan muchos.

¿Es un fenómeno nacional, regional, mundial?

Por lo menos podría decirte que es latinoamericano. No sé si con este grado de informalidad y de saqueo tan grande: yo creo que en la medida en que hay empresas más instituidas, que además tienen canales de televisión y jugadores, hay más regulación. Aquí, como con los partidos políticos o el Estado, no hay clubes sólidos, la Federación tiene un liderazgo fuerte con una junta directiva de provincia para ganar votos. La institucionalidad es débil, entonces los pequeños huecos y los depredadores abundan. La imagen que tengo es como si el fútbol tuviera muchas tetas y muchos chupándolas por todos lados.

¿Quién gana más? Yo creo que los que más ganan son pocos, pero son los intermediarios de los pases grandes a Europa. Generalmente, en un pase hay 30% para el jugador. Y de ese porcentaje, hay entre 10% y 15% para el representante. Pero hay distintas formas de sacarle la vuelta al asunto. Por ejemplo, haciendo el acuerdo entre un intermediario de acá y uno de Europa para pagar menos por el jugador de lo que realmente pagan los clubes. Esto cuando no es una transacción de club a club, sino entre intermediarios. Se arman dobles contratos, y si el jugador está tasado por el club en una cantidad determinada, los intermediarios cobran más.

Hay otra manera de evadir: la llamada lavandería. Por ejemplo: los derechos de formación de los jugadores. Los derechos están regulados por la FIFA de acuerdo a ciertas categorías relacionadas con la geografía: continente, país, y, dentro del país, una escala de equipos. En el Perú, los tres únicos equipos que están en esa escala son Universitario, Alianza Lima y Sporting Cristal. Entonces, tú compras un jugador y lo haces jugar un año en un equipo de media tabla de Portugal.

Tu derecho de formación, que son, digamos, tres mil dólares el año, si lo has tenido cinco años, serán quince mil dólares. Luego el jugador pasa a un equipo...

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