La necesidad y el valor de vincular la Literatura con el Derecho. A 111 años del sacrificio de Émile Zola
Autor | Marcial Christian Ojeda Zaga |
Páginas | 322-326 |
322
foro jurídico
Marcial Christian Ojeda Zaga*
La necesidad y el valor de vincular la
Literatura con el Derecho
A 111 años del sacrificio de Émile Zola
El trece de mayo de 1898, la nación francesa fue testigo de cómo el titular del diario parisino
L’Aurore
pre-
sentaba en su primera plana el que se convertiría en uno de los más intensos y apasionados alegatos a favor
de la justicia y la libertad que rememoraba de alguna forma los ecos que alguna vez inspiraran la Revolución
gala. La historia comienza cuando cuatro años atrás, se acusaba al joven capitán judío Alfred Dreyfus del
delito de
alta traición
por, supuestamente, servir de informante al espionaje alemán. Tras la imputación y el
subsiguiente proceso militar, se lo declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, poste-
riores pesquisas y consistentes declaraciones que hablaban de una intriga al interior de las fuerzas armadas
derivaron en sólidas pruebas que certificaban la inocencia de Dreyfus. A pesar de aquello los tribunales
castrenses se negaron a examinar el caso, lo cual motivó la intensa lucha por parte de un sector social que
pugnaba así por la revisión del proceso y que se devele al mismo tiempo a los responsables de la falsa incrimi-
nación. Tras descubrirse progresivamente que los implicados en el atropello a Dreyfus eran altos mandos del
Estado Mayor, existía ahora el temor de hacer público sus nombres frente al poder que ostentaba la derecha
conservadora y militarista que había logrado aplicar una impune política de silencio frente al caso. Sin em-
bargo, una persona asumió valientemente todos los riesgos que implicaba ser el portavoz de esta acusación y
en una respetuosa carta abierta dirigida al entonces Presidente francés, Monsieur Félix Faure, declaraba:
«Puesto que se ha actuado tan irracionalmente, es que hablaré. Prometo decir toda la verdad si es que
antes no lo hacen nuestros tribunales con la debida claridad. Es mi deber puesto que no quiero ser
cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro de un inocente que expía a lo lejos cruelmente tor-
turado, un delito que no ha cometido(…) ¿A quién denunciar las ignominias de esa turba monstruosa
de verdaderos culpables sino al primer magistrado del país? He aquí señor Presidente los hechos que
demuestran cómo pudo cometerse un verdadero error judicial.(…) Por lo demás queda demostrado que
el proceso Dreyfus no era más que una cuestión particular de las oficinas de guerra; un individuo del
* Egresado de la Facultad de Derecho PUCP. Investigador en Temas de Derecho. Cámara de Arbitraje de Lima - Depar tamento Académico Miembro fundador
Asociación Foro Académico.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba