Muito brigado... Fenómeno

Por Pedro Canelo

En el Día del Amor, Ronaldo llora porque tiene el corazón roto. Es un llanto incontrolable de niño, un niño que sabe que vivir es jugar (y por eso quiere seguir jugando). El goleador histórico de los mundiales llora como Maradona porque a él también le cortaron las piernas. El despiadado hipotiroidismo ya no lo torturará más, sus rodillas maltrechas podrán descansar. Al fin podrá decir: ?estoy gordo ¿y??. Ese señor ?Fenómeno? ha decidido irse para no volver. Ahora, como maravilla del mundo que es, solo le quedará ser venerado y admirado. Para siempre.

?Es mi primera muerte. Perdí con mi cuerpo?, dice Ronaldo y los periodistas que ocupan la sala de conferencias del club Corinthians lo escuchan callados. Aquellos mismos que se burlaron por su sobrepeso, que hicieron de los kilos una forma de delito, hoy solo lo miran y escuchan decir que ?él no le tiene rencor a nadie?. Ronaldo se va. Y el auditorio hizo un minuto de silencio.

Todos quisimos ser como Ronaldo. Algún regate impresionante, algún disparo exquisito, cualquier jugada valía para imitarlo. Pero siempre fue difícil. Para ser como Ronaldo, quizá, lo más fácil era imitar su voz diciendo ?estoy entrenando? en un recordado comercial de televisión. Dos campeonatos del mundo en 1994 y el 2002, un subcampeonato en 1998, dos Balones de Oro (en 1997 y 2002) y dos Copa América (1997 y 1999). Una vitrina llena donde solo faltó algún campeonato internacional de clubes. Igual no importa. Sería insolente decir que no la ha ganado todo. Él fue el ?Fenómeno?. El gol tiene su nombre.

¿Qué héroe puede arrancar la misma pasión de dos pueblos en guerra? Ronaldo diseño al primer jugador de Play Station antes que el Play Station existiera. Lo hizo en el Barcelona noventero y después, tras recuperarse de dos lesiones interminables, no solo fue campeón del mundo con dos goles al invulnerable Oliver Khan sino que se dio tiempo para ser uno de los mejores galácticos del Real Madrid. El derby español lo tuvo en dos frentes al igual que el clásico milanés (Ronaldo tuvo buenos...

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