El matrimonio gay

Por Andrés Calderón. Abogado

En el 2012 el mundo no se acabó, pero sí cambió. Fue el año bisagra para que las leyes y el mundo, mayoritariamente, dejen de concebir al matrimonio como una institución legal reservada para uniones entre hombres y mujeres. A partir del 2013, podría prevalecer la igualdad entre uniones heterosexuales y homosexuales. Y todo gracias a una corte.

Es cierto que, parcial o totalmente, ya en 13 países del mundo se admiten los matrimonios (o uniones civiles) entre personas del mismo sexo, pero el año que se fue pasará a la historia por marcar la primera vez en que la Corte Suprema de Estados Unidos -tal vez el tribunal más influyente del mundo- aceptó revisar y resolver próximamente dos casos en los que se discutirá la constitucionalidad del matrimonio gay.

Uno de estos casos, el de la señora Edith Windsor, grafica claramente la relevancia social y económica de la futura decisión de los jueces estadounidenses. Por más de 45 años, Windsor había vivido en Nueva York con su pareja del mismo sexo, Thea Spyer. En el 2007, la pareja se casó en Canadá -uno de los países que ya admitía el matrimonio gay-.

En el 2009, Spyer falleció y su esposa heredó sus bienes. Sin embargo, el fisco hoy reclama que Windsor pague más de US$ 360 mil.

La ley federal que exonera del impuesto por la herencia a los esposos sobrevivientes no le resulta aplicable, ya que, bajo las normas federales de Estados Unidos, solo califican como esposos las parejas de distinto sexo, y poco importan las más de cuatro décadas de relación.

¿Cómo le iría a la señora Windsor en el Perú?, ¿podría heredar a su esposa una viuda homosexual?, ¿obtener una pensión de viudez?, ¿formar una sociedad de gananciales y administrar sus bienes en común...

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