El concepto de dilema. Cuestiones lógicas básicas. Distinciones más discutidas en la literatura especializada

AutorGuillermo Lariguet
Cargo del AutorProfesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba e Investigador de Conicet, Argentina
Páginas55-121
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EL CONCEPTO DE DILEMA. CUESTIONES LÓGICAS BÁSICAS.
PRIMERA PARTE
EL CONCEPTO DE DILEMA. CUESTIONES LÓGICAS
BÁSICAS. DISTINCIONES MÁS DISCUTIDAS EN LA
LITERATURA ESPECIALIZADA
1. Dilemas. Cuestiones de lógica básica, argumentación y
lógica deóntica
La expresión ‘dilema’ impregna nuestros usos lingüísticos
ordinarios. Así, es común que se emplee como sinónimo de
“pregunta” o “problema” a resolver.
Dicho de manera un tanto rudimentaria, un “dilema”
involucra “dos” alternativas que tironean a un agente o varios
agentes en direcciones opuestas8. Por ejemplo, en el caso de
Jim una alternativa es que “Jim mate un hombre para salvar
veinte” o “no lo mate” y mueran todos9. Las alternativas en
pugna aquí son dos, pero podría pensarse en situaciones de
8 Este carácter “opuesto”, según el caso, se podría reconstruir como una
relación de “contrariedad” o como una relación de “contradicción”. Dejo
este punto abierto.
9 Ejemplo popularizado por Bernard WILLIAMS.
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GUILLERMO LARIGUET
“trilema”10, “cuatrilema”11, etc. En esta obra me centraré en
los dilemas.
Desde la perspectiva de la lógica, los dilemas generalmente
se reconstruyen como argumentos deductivamente válidos12
que tienen como forma lógica canónica la siguiente:
p v q
p s
q r
______
s v r
Una manera de entender el esquema en términos de
lenguaje natural podría ser a través del siguiente ejemplo.
“Se aumenta el presupuesto en cárceles” (p) o “se aumenta el
presupuesto en educación para sectores pobres marginales” (q).
La “o” indica la presencia de una disyunción. Esta presencia
no precluye la existencia de un conflicto o incompatibilidad
subyacente. Como sostendré en las secciones 1.2 y 1.3, tanto
la disyunción cuanto la incompatibilidad tienen un papel en
la reconstrucción de los dilemas que es objeto de controversia
conceptual.
Las “consecuencias”, derivadas de una u otra alternativa
están simbolizadas por las letras “s” y “r”. Dado que todavía
no deseo ingresar a cuestiones que tengan ribetes de filosofía
10 Por ejemplo, el de MÜNCHHAUSEN.
11 Por ejemplo, el del “consecuencialismo”. Ver NINO, 1987.
12 Digo “generalmente” porque un problema ulterior es si hay dilemas que
deban reconstruirse como argumentos entimemáticos o, en otros casos,
como argumentos donde debido al menos a alguna de las alternativas
disyuntas, el argumento deba reconstruirse con otra lógica: por ejemplo
una de condicionales derrotables. Sobre estas cuestiones algo avanzaré
más adelante.
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EL CONCEPTO DE DILEMA. CUESTIONES LÓGICAS BÁSICAS.
política y moral, deliberadamente dejo abierto en el ejemplo
la cuestión del análisis de consecuencias que concretamente
podrían seguirse.
Si bien es cierto que las consecuencias de un dilema pueden
ser “positivas”, del estilo “haga lo que haga” o “seré amado por
los dioses, o seré amado por los hombres”13, las consecuencias
de los dilemas más apremiantes para la filosofía práctica son
aquellas que tienen carácter “negativo” del estilo “si las autori-
dades jurisdiccionales autorizan a la administración carcelaria a
interrumpir la huelga de hambre del etarra x”14 habrán violado
su autonomía individual; si “no intervienen habrán dejado que
muera”. El carácter negativo de las consecuencias dimana del
hecho de que, “haga lo que haga el agente, no se evitará un mal”.
Esto es lo que la literatura llama el inescapable wrongdoing15
o tesis del “mal inevitable”16.
13 COPI, 1994, 273.
14 En este sentido, son muy conocidos por los filósofos del derecho –al me-
nos por los de habla hispana– los casos GRAPO (examinado en diversos
trabajos por Manuel ATIENZA, por ejemplo en ATIENZA, 1993, 88 y ss.) y
De Juana Chaos.
15 Por ejemplo, DE HAAN, 2001, 277-279.
16 Cabe anticipar que la tesis del mal inevitable deja abierto un problema
diferente: la posibilidad de que sea factible un “balance de males” cuyo
corolario resulte en lo que VON WRIGHT denomina la “minimización del
mal inevitable” (VON WRIGHT, 1968, 80). Dicho claramente, mi aproxi-
mación todavía no dice nada sobre la posibilidad de situaciones de dilema
que sean resueltas escogiendo lo que se considere el “mal menor”. Dicho
sea de paso, la calificación de un mal como menor es una tarea compleja
que, cuando menos, depende de dos factores: de un estado de cosas del
mundo empírico (huelga de hambre, autonomía del individuo, muerte,
etc.) y de una valoración (cuál de las alternativas deberá ser evaluada como
“menor”). En los dos capítulos que siguen regresaré a estos problemas que
están relacionados con la tesis del mal inevitable.

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