Lectura y arte se integran en la gran biblioteca

Por catherine contrerasD esde un rincón del gran hall, la estatua de Miguel Ángel Buonarroti ha sido testigo de la transformación, sutil pero palpable a la vez. El salón principal de la Gran Biblioteca Pública de Lima (GBPL) se ha convertido en el corazón que empieza a bombear energías renovadas hacia cada rincón del icónico inmueble de la avenida Abancay.Columnas, pisos y escaleras de mármol travertino lucen relucientes tras su restauración. Y el motivo no ha sido otro que transformar el monumental edificio en un centro cultural, respondiendo al perfil de las bibliotecas en este siglo XXI. Para Ramón Mujica Pinilla, director de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), esta mirada a futuro empieza por revalorar un espacio (la sede de Abancay) que por décadas fue visto como un gran almacén lleno de estanterías con libros. ?El bibliotecólogo es hoy un gestor cultural y dentro de este centro tienen que ocurrir eventos que reflejen las necesidades de la comunidad. Son espacios académicos y artísticos para todas las sangres, credos e ideologías?, señala. ?Sala para el arte?Por la gran puerta principal de la Biblioteca Pública del Perú ya no se cuela el ruido de la avenida Abancay. Una urna de vidrio acústico aísla el interior de toda contaminación y permite contemplar ?en el hall de ingreso? las placas que para muchos apurados pasaban desapercibidas: desde aquella que conmemora la fundación por José de San Martín, el 23 de agosto de 1821, hasta otra que recuerda que en este recinto el impresor Antonio Ricardo, natural de Turín, publicó la primera obra de América del Sur en 1584.A la derecha, una larga sala de lectura. Y a la izquierda, el espacio destinado a la sala de referencias (búsquedas) aloja hoy una amplia galería, que se inaugura con la muestra de etnofotografía ?Taquile por José Matos Mar?.El antropólogo César Ramos Aldana tuvo a su cargo el montaje de esta muestra ?gracias a la Fundación Matos Mar? que expone por primera vez 150 fotos en blanco y negro, que formaron parte de la tesis para optar el grado de doctor en Letras, especialidad de Etnología, que el recordado estudioso sanmarquino hizo entre fines de los años 40 y 1954.Ramos explica que Matos Mar convivió con las comunidades de la isla puneña por todo un año, y volvió en otras ocasiones para recabar más información. De hecho, indica que el antropólogo siguió en contacto con Taquile casi hasta el fin de sus días. ?La suya fue una mirada totalmente distinta, más etnográfica. Matos...

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