Hipocresía fiscal

AutorNicolás Castillo Arévalo

La campaña para la reelección de Donald Trump se centrará en sus afirmaciones de que ha hecho grandes cosas para la economía estadounidense. Seamos honestos: el crecimiento del PBI y del empleo ha sido bueno, aunque no espectacular; el desempleo está cerca de alcanzar un nivel mínimo histórico.

Pero hay sombras. Los réditos económicos han sido asimétricos, con un aumento de las ganancias corporativas obtenidas mayormente por gigantes beneficios tributarios, mientras que los trabajadores no han experimentado avances comparables, la mejora quienes perciben salarios bajos ha sido impulsada en parte por alzas de la renumeración mínima en estados demócratas. Además, la reforma de la salud bajo Obama se ha paralizado o revertido, y hay un fuerte incremento en el número de estadounidenses que posponen su atención médica debido a su costo.

Sí es una economía fuerte, aunque detrás de esa fortaleza está la explosión del déficit presupuestario federal, que el año pasado fue superior a US$ 1 millón de millones. Y la manera en que eso sucedió tiene implicaciones profundamente perturbadoras para el futuro de la política del país.

A principios del 2009, la economía implosionaba y necesitaba desesperadamente de gasto deficitario. El Gobierno de Obama propuso un plan de estímulo signifcativo, que fue demasiado pequeño ante el tamaño del problema porque quería ganar respaldo en ambos partidos. Esto no es retrospectivo.

En enero de ese año, yo practicamente me arrancaba los cabellos por la insuficiencia del estímulo y alertaba de un escenario en el que "el plan limite el aumento del desempleo pero la situación siga bastante mala, con esa tasa en 9% y bajando aunque lentamente. Y luego (el senador) Mitch McConell dirá, ´Vieron, el gasto gubernamental no funciona´´´. Eso es precisamente lo que ocurrió.

Y el 2010, los republicanos toamaron el control de la Cámara Baja y forzaron a Obama a años de recortes del gasto que impuso un lastre al crecimiento económico. Aunque ese lastre no impidió una recuperación sostenida, está pudo y debió haber sido mucha más rápida. No hubo ningún motivo económico para no haber retomado el pleno empleo, digamos, el 2013; pero gracais principalmente a la austeridad discal, el desempleo ese año estuvo por encima de 7%.

Los republicanos aseveraban que exigían recortes porque estaban profundamente preocupados por los déficits presupuestarios. Y los medios informativos, lamento decirlo, se creyeron la narrativa de que los déficits eran...

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