'Ganar sin sufrir': tráfico de esteroides anabólicos androgénicos en el reino unido
| Autor | Alexandra Hall - Georgios Antonopoulos |
| Páginas | 155-180 |
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“GANAR SIN SUFRIR”: TRÁFICO
DE ESTEROIDES ANABÓLICOS
ANDROGÉNICOS EN EL
REINO UNIDOa
Georgios A. Antonopoulos
Teeside University
Alexandra Hall
Nothumbria University
INTRODUCCIÓN
El uso de drogas para mejorar el rendimiento y el aspecto físico no es
un fenómeno novedoso. Los atletas de la antigua Grecia bebían distintas
mezclas de brandy y vino y comían setas alucinógenas y semillas de
sésamo para mejorar su rendimiento, los gladiadores del Coliseo de Roma
usaban estimulantes para superar el agotamiento y las lesiones, los
la resistencia durante el entrenamiento y la batalla (Yesalis & Bahkre,
2002). En tiempos más recientes, numerosos escándalos relacionados con
las drogas para mejorar el rendimiento y el aspecto físico (PIED, por sus
siglas en inglés) han contaminado la imagen de los deportes profesionales,
como los alborotos en relación al equipo de ciclismo Festina en 1998 al
siete veces ganador del Tour de Francia Lance Armstrong (Yar, 2014), a
los varios casos de dopaje en el tenis, fútbol y baloncesto, y al informe
de la Agencia Mundial Antidopaje sobre la corrupción y el dopaje de los
atletas rusos en noviembre de 2015 (Mather, 2015). Un tipo de PIED
popular son los esteroides anabólicos androgénicos (de aquí en adelante,
esteroides), que suelen fabricarse en laboratorios farmacéuticos de
países con una legislación laxa, o en pequeños laboratorios clandestinos
de países con una legislación estricta, normalmente utilizando materias
primas procedentes del extranjero.
Los esteroides son, básicamente, derivados sintéticos que imitan
hormonas naturales que regulan y controlan el autodesarrollo y
automantenimiento del cuerpo. Su funcionamiento es similar a la
hormona masculina testosterona, puede mejorar la resistencia y el
a Traducido por Victoria Chacón Chamorro
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GEORGIOS A. ANTONOPOULOS | ALEXANDRA HALL
rendimiento deportivo, reducir la grasa corporal y estimular el crecimiento
muscular. Probablemente, los esteroides son (mal)utilizados sobre todo
intento de mejorar la deportividad y acelerar el proceso de recuperación
tras una lesión, o para generar masa muscular y “aumentarla” (Martin,
2007; Sweitzer, 2004; Turvey & Crowder, 2015). El uso de esteroides se
ha estudiado intensamente tanto en la literatura médica y psicológica
(Hallsworth et al., 2005; Kanayama et al., 2008; McVeigh et al., 2015),
como en la sociología del deporte, la salud y la masculinidad (Dunne et
al., 2006; Fussell, 1991; Monaghan, 2001 y 2002; Monaghan & Atkinson,
2014).
Donati, 2014). A ello se le unió la creciente atención de los medios de
comunicación y de las políticas públicas a la corrupción y la supuesta
implicación de “grupos criminales organizados” en el mundo internacional
del deporte (The Guardian, 2013; UNODC, 2013). En este contexto, se
de diversos fenómenos (eg. “dopaje” y “partidos manipulados”), el uso de
imágenes amenazantes e intimidatorias, y la aparente implicación de “las
2014, por ejemplo, el director general de la Agencia Mundial Antidopaje,
David Howman, advirtió con insistencia de la relación de los grupos
en el Reino Unido, lo que, según argumenta, es una característica de
su amplia participación en la corrupción deportiva a nivel internacional
(Australian Crime Commission, 2013; Gibson, 2013; Lindberg, 2006;
Rumsby, 2014).
siendo un fenómeno criminológico poco investigado. En 2014, Fincoeur
et al. distinguió unas escasas 15 publicaciones mientras realizaba una
búsqueda de estudios que analizaran el mercado de los productos de
dopaje en los Criminal Justice Abstracts; la mayoría de ellos provenían
del campo de la “ciencia forense” (véase también Musshoff et al., 1997;
Paoli, 2012). Entre las notables excepciones producidas por criminólogos,
se incluye el trabajo de Kraska et al. (2010), cuyo estudio de métodos
mixtos, integrando la etnografía y el análisis de contenidos, descubrió
un mercado de esteroides globalizado y descentralizado, facilitado por
internet y estimulado por una parte de la demanda que se entiende mejor
como “un medio cultural ideal para cultivar, entre una gran parte de
la población, un fuerte deseo de mejorar su apariencia o rendimiento a
través del uso de productos farmacéuticos – ya se consigan legítimamente
o no” (Kraska et al., 2010, p. 181).
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