El futuro se construye hoy en la selva central.

AutorC
CargoTIERRA ADENTRO

¡Monte y viento, árbol y agua, gentileza, poder y mente sabia, y gracia de la selva vayan donde tú vayas! RUDYARD KIPLING, El libro de la selva

El trabajo que viene realizando desde hace más de nueve años el Programa Selva Central de desco, bien podría mostrarse recurriendo a gráficos que den cuenta del progreso de la zona o cuadros que indiquen el mejoramiento en la calidad de vida de las personas que viven en los diversos poblados donde el Programa se ha desarrollado. Pero estos datos (gélidos por su naturaleza estadística) no logran retratar el rostro humano de esta labor, ni mucho menos recoger las voces de aquellas personas que han logrado cambiar su vida y la de sus familias gracias a su esfuerzo y al arduo trabajo que realizan junto con desco. Por eso, este reportaje no va a realizar un recuento de los éxitos alcanzados por el Programa Selva Central, sino, más bien, va a relatar un viaje, un encuentro con una realidad excitante y en constante cambio. Veamos la selva central a través de los ojos de sus protagonistas.

CAMINO A LA SELVA CENTRAL

Para llegar a la selva central hay que viajar hasta el distrito de Villa Rica, provincia de Oxapampa, departamento de Cerro de Pasco. El camaleónico escenario que desfila a los lados de la Carretera Central durante el viaje refleja la variedad de microclimas que se puede atravesar en unas cuantas horas en el territorio peruano. La carretera serpentea primero sobre el llano costeño, paralela al río, y luego sube por cumbres cada vez más altas, donde el aire tiene menos oxígeno y las curvas son tomadas por el piloto sin la más mínima consideración para con el desayuno ingerido en Lima.

Si se desea una descripción menos pintoresca, conviene echar tul vistazo a las hechas anteriormente (y por profesionales):

Para llegar al distrito de Villa Rica se debe tomar la siguiente ruta: desde la ciudad de Lima, a través de la red nacional denominada Carretera Central, se llega hasta La Oroya; a 20 km, con dirección a Cerro de Pasco, el camino se bifurca en dos vías; la segunda conduce a Tarma -- La Merced -- Satipo (Junín), con la vía totalmente asfaltada hasta el puente Reiter, punto de bifurcación hacia la provincia de Oxapampa; a 12,2 km de la ciudad de La Merced (Junín), parte la carretera afirmada. Esta vía corre por la margen del río hasta el centro poblado del mismo nombre, punto de integración con la provincia de Oxapampa, de donde parten dos ramales; si se toma el segundo ramal, hacia el noreste, se ingresa a la carretera afirmada de tipo nacional puente Paucartambo -- Villa Rica -- Puerto Bermúdez -- ciudad Constitución, que articula los centros poblados del Río La Sal, Ñagazu, Villa Rica, San Miguel de Eneñas, Alto Cacazo, San Juan de Cacazo, Bella Esperanza (Chatarra), San Pedro y el valle del Pichis, que cruza la cordillera de San Matías para dirigirse a Puerto Bermúdez. (1) [ILUSTRACIÓN OMITIR]

Antes de continuar, me gustaría detenerme un momento en la frase >. Llegar de Lima a La Merced no representa mayor problema, (2) pues, como lo menciona el texto citado, se trata de >. El camino a Villa Rica es otro cantar, un cantar tipo bolero de Iván Cruz. La > es un simpático paseo lunar en el que lo > no dura mucho debido a las condiciones climáticas y geográficas y la densidad del tráfico que soporta. Las lluvias causan deslizamientos de barro que invaden la carretera parcialmente y en ocasiones por completo. El camino es angosto, de modo que cuando un auto se encuentra con otro auto --o camión en el peor de los casos--, ambos pilotos realizan una danza al borde de los barrancos que culmina con la paciente espera de uno y el cuidadoso tránsito del otro. Acuerdo tácito entre los conductores de estas rutas. Para los locales, sin embargo, el tramo La Merced -- Villa Rica no es, ni por asomo, el más difícil. Muy por el contrario, >, me comenta el piloto esquivando un hueco en el que fácilmente hubiese entrado media camioneta. Dato que confirmaría personalmente más adelante, al internarme en los poblados más alejados de Villa Rica. El mal estado de las redes de comunicación, en este caso las carreteras que unen a los poblados del interior, es uno de los principales problemas que aquejan a la zona.

Sin embargo, esta parte de la ruta también tiene su encanto. Los pulmones se oxigenan hasta niveles insospechados y el panorama cambia. Mariposas e insectos azulados nos dan la bienvenida. El verde lo abarca todo en sus distintas tonalidades y un aroma a tierra mojada y a humedad floral nos indican que finalmente la aventura selvática ha comenzado. Al que quiera celeste, que le cueste.

NO SOLO DE CAFÉ VIVE EL HOMBRE

> de Ticlio, de una inyección contra la fiebre amarilla en la garita de control de San Ramón, de la > y, finalmente, de la camioneta que me llevó hasta Villa Rica, avanzo con las piernas entumecidas hacia las oficinas de desco, una casita de madera con techo a dos aguas que recuerda al espectador los mejores capítulos de >. Entro acompañado de Charles de Weck, avezado piloto de las líneas anteriores y jefe del Programa Selva Central. La salita de reuniones es acogedora. Me ofrecen algo de tomar: >. Sería la primera del centenar que bebí hasta mi retorno a Lima. La pregunta de rigor en ese...

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