Para funcionar requiere de una campaña muy activa

Por Exministro del Interior

Los programas de recompensa están diseñados para promover la participación de la ciudadanía en la ubicación y captura de delincuentes de ?alto valor?. No se trata de campañas cívicas, sino de buscar la delación por motivos económicos. En nuestro país, en julio del 2015, se reguló el otorgamiento del beneficio de recompensa a través del Decreto Legislativo 1180, para ciudadanos que brinden información que permita la búsqueda, captura y entrega de delincuentes vinculados a una organización criminal y al terrorismo. Con ello, se autorizó a la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Ministerio de Defensa y Ministerio del Interior, como las entidades legitimadas para efectuar esos pagos a través de comisiones de recompensa que dependen de la Presidencia del Consejo de Ministros, pues son ellos los encargados de acordar la procedencia o denegatoria del beneficio de recompensa.Una de las críticas más frecuentes a los programas de recompensa ha sido la poca transparencia y, en ocasiones, la deshonestidad con la que se administraron sus fondos; por ello, su manejo se reasignó a la PCM. Sin embargo, sigue siendo materia de controversia la cuantía de las recompensas. En esa discusión, han primado dos criterios: una, la de asignar sumas ?flat? para todos los requisitoriados por un mismo delito; y dos, establecer montos diferenciados a partir de asumir que no todos los delincuentes tienen el mismo ?valor?, en razón a la gravedad de su delito, conmoción social de su hecho y prognosis de repetición.Desde mi perspectiva, un programa tendrá más posibilidad de éxito si maneja criterios...

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