Fracaso épico

El año pasado comenzó a gestarse la idea de que Mark Zuckerberg podría candidatear a la presidencia de los Estados Unidos el 2020 y buscar así liderar el país más poderoso del planeta. Pero hoy, el cofundador, presidente del directorio y CEO de Facebook está luchando por demostrar que está capacitado para liderar la octava compañía de capital abierto más grande del mundo o que alguno de sus 2,100 millones de usuarios puede confiar en él.

La noticia de que Cambridge Analytica (CA), una firma vinculada a la compaña electoral de Donald Trump, obtuvo data de 50 millones de usuarios de Facebook con métodos sospechosos y posiblemente ilegales, ha desatado una tormenta de fuego. Zuckerberg demoro cinco días en responder públicamente y, cuando lo hizo, admitió que Facebook decepcionó a sus usuarios en el pasado pero no parecía comprender que lo que su empresa enfrenta ahora es una grave crisis de confianza.

Luego de pasarse meses hablando de propaganda y noticias falsas, los políticos en Europa y, crecientemente, en Estado Unidos, consideran que Facebook se encuentra fuera de control y en estado de negociación. El Congreso estadounidense quiere citar a Zuckerberg para que testifique; habría que anticipar una fuerte reprimenda.

Desde que apareció la noticia, atemorizados inversionistas han borrado 9% del precio de acciones de Facebook. En tanto, los consumidores están despertando tardíamente a los peligros de entregar data a las gigantes tecnológicas que son manejadas como si fuesen cajas negras.

De acuerdo con el centro de investigación Pew Research Center, la mayoría de estadounidense señala que desconfía de las empresas de redes sociales. Zuckerberg y el sector necesitan cambiar, y necesitan hacerlo rápido.

Juego adictivo

El negocio de Facebook está basado en tres elementos: mantener a los usuarios pegados a la pantalla de sus dispositivos electrónicos, recoger data sobre sus hábitos y costumbres, y convencer a los anunciantes para que paguen miles de millones de dólares a fin de llegar a los consumidores con publicidad dirigida.

Así, la compañía tiene un incentivo para promover la publicación de material que capte la atención de los usuarios y vender anuncios a cualquiera. Su cultura a una implacable búsqueda de ganancias con una creencia en sus propias virtudes que es desmedidamente optimista y narcisista. Zuckerberg controla los votos de la compañía y es evidente que dentro de ella recibe muy pocas críticas.

Respecto al reciente fiasco, se...

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