Exit: el gran reto

Los bancos centrales de las principales economías desarrolladas están de salida y sometidos a un gran escrutinio. En los próximos trimestres, en un entorno tremendamente complejo e incierto, tendrán que gestionar la retirada de los masivos estímulos monetarios desplegados durante la crisis de la covid-19 y, acto seguido, las subidas de tasas de interés.

La experiencia más reciente de intento de normalización de la política monetaria tras la crisis financiera internacional (2016-2018) ya es buena muestra de la dificultad de la tarea: la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) apenas consiguió subir las tasas al 2%, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) perdió la oportunidad de salir del territorio de tasas negativas. Pero, además, el entorno anual resulta especialmente complicado por la combinación de tres elementos.

Primero, porque no estamos en una recuperación típica. La crisis originaria por la pandemia ha sido totalmente diferente a las demás y, más allá de haber asistido a un rebote fuerte de la actividad casi recuperando los niveles de actividad previos a la covid-19, sus efectos (cíclicos) todavía no han desaparecido, un claro ejemplo son los famosos cuellos de botella, resultado del gran desajuste entre la oferta y la demanda.

Segundo, porque hay incertidumbre sobre los cambios estructurales derivados de la pandemia. Estamos todavía bastante a ciegas sobre cómo pueden haberse alterado elementos como las decisiones de ahorro e inversión, oferta y demanda de trabajo, flujos comerciales y financieros que determinan el marco económico y, por tanto, la dinámica de las variables objetivas de la política monetaria.

Y, tercero, porque hay una dificultad añadida. Los bancos centrales tendrán que testar sus nuevas estrategias de objetivos simétricos y mayor tolerancia a la inflación, en el contexto menos propicio. Como bien acaba de decir Raghuram Rajan, es posible que el cambio de estrategia se haya producido en medio de un cambio de régimen económico. Hacer hoy un diagnóstico certero de los factores que hay detrás del repunte de la inflación y su potencial traslación a expectativas es particularmente complicada.

Dicho esto, los bancos centrales han pasado de la cautela y de la paciencia a la acción. La fed ha ido ajustando ha ido ajustando su diagnóstico de la situación y, en consecuencia, su comunicación y medidas. En respuesta a una...

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