El empleo de Martín Vizcarra

Por FernandoRospigliosiEl ministro de Economía, David Tuesta, ha explicado su estrategia para mejorar la situación: reducir los gastos corrientes del Estado que han aumentado mucho en los últimos años y dinamizar la inversión pública, a la vez que frenar el incremento del déficit fiscal que está llegando a niveles peligrosos. Parecen ideas sensatas desde el punto de vista de la fría economía, pero puede ser muy peligroso políticamente. Para reducir el gasto público el Gobierno planea cortar los consumos superfluos ?casi siempre dicen eso los nuevos gobernantes y por lo general no se disminuye nada importante? y, según mis fuentes, despedir a empleados públicos. Es muy fácil ahora para el Estado echar a la calle a muchos trabajadores, porque a diferencia del sector privado, que tiene numerosas restricciones debido a las incontables normas laborales, una muy alta proporción de empleados estatales son precarios, están contratados por orden de servicios o como CAS (Contrato Administrativo de Servicios). Esos contratos tienen vigencias muy cortas y se van renovando cada mes, cada dos meses, etc. Con no renovar los contratos a su vencimiento, se pueden despedir a miles de empleados estatales en muy poco tiempo. De hecho, también según mis fuentes, ya los ministerios y dependencias estatales han recibido la instrucción del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), avalada por el presidente Martín Vizcarra y el presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, de recortar sus gastos en cierta proporción, lo cual implica empezar de inmediato los despidos. Y ese, al parecer, es solo el primer tijeretazo presupuestal. Después vendrían otros. Para cumplir esas metas ya se han empezado a restringir las actividades del Estado ?que no siempre son inútiles e irrelevantes, como piensan algunos? y se están haciendo las listas de despidos que empezarían a fines de abril y continuarían en los próximos meses. La idea es que eso se compensaría con el aumento de la inversión pública que activaría la economía y crearía nuevos empleos. Pero hay dos problemas. Uno, que los despidos son inmediatos y, por tanto, esos trabajadores se quedan sin ingresos en ese instante. El incremento de la inversión pública siempre es lento, puede demorar muchos meses, y sus efectos sobre el empleo más tiempo todavía. Dos, esta decisión se va a aplicar cuando el empleo está en su peor momento en los últimos años. Todas las cifras...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR