Otras dos buenas noticias en el desarrollo rural

. Un tema crucial pero, como muchos similares, rara vez discutido con seriedad, fue puesto recientemente en la palestra por dos tecnócratas: el Ministro de Agricultura Milton Von Hesse y Héctor Malarín, Director del Área de Agricultura del Banco Interamericano de Desarrollo . Ambos proponen instrumentos de intervención en el agro radicalmente distintos a los (más) utilizados en nuestro país.

El Ministro Von Hesse resalta el Fondo de Inclusión Económica de las Zonas Rurales (FONIE), que diseña e implementará el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS). Ya hay una diferencia con la mayoría de políticas públicas desde el inicio: una línea de base será un insumo clave de una evaluación de impacto independiente, que determinará adecuadamente el beneficio social del programa y sus dos componentes. Uno público al que se asignó un presupuesto de S/. 400 millones y otro público privado para el cual se aprobó un límite de gasto de S/. 200 millones. Hemos opinado antes sobre FONIE. Insistimos en que es una excelente idea. Primero porque empaqueta programas de infraestructura de agua y saneamiento, caminos rurales, telecomunicaciones y electricidad. Segundo, por echar a andar Asociaciones Público Privadas (APP) de paquetes similares en las zonas rurales. Sin embargo, su implementación no será fácil.

Milton Von Hesse resaltó algunos de los programas bandera de asistencia social (Juntos, Cuna Más y Pensión 65), así como las iniciativas más beneficiosas del Ministerio (Agrorural), sobre los cuales presentamos información de ejecución del año pasado en el siguiente gráfico. Además, mencionó que se están impulsando Mi Riego, una alternativa de riego tecnificado, así como Buena Siembra, un paquete de semillas e insumos, a los que denominó un ";shock tecnológico";.

Héctor Malarín insistió en que el Estado debe redirigir los subsidios al agro hacia más infraestructura rural, investigación, servicios sanitarios, titulación de tierras y riego. En vez de orientar el gasto hacia estos bienes públicos, el gobierno financia bienes privados.Estos cuestionables subsidios o apoyos fiscales directos representan más de la mitad del gasto público en el sector agropecuario en nuestro país. Malarín reiteró un poderoso argumento: los subsidios en el sector agropecuario distorsionan el mercado y desincentivan...

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