La distancia que los separa

Por diego chirinos cané??Si me pasa algo, tengo dos pólizas de seguro: Martincito y Mechita?. Con esa recordada frase, el 1 de junio del 2016, el entonces candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski remarcaba la afinidad de su plancha presidencial. ?Martincito? era su primer vicepresidente, Martín Vizcarra; ?Mechita?, la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz. Poco más de año y medio después, ya con Kuczynski como jefe del Estado y con un superado proceso de vacancia de por medio, el cuadro es otro. Su primera póliza de seguro se aleja cada vez más, entre la mutua desconfianza con el Ejecutivo y un prolongado silencio. ?Gestos que valen?Tras poco menos de un mes de ausencia, Martín Vizcarra reapareció en Lima el pasado martes junto a Kuczynski y Aráoz. El embajador del Perú en Canadá no declaró ante la prensa, pero su actitud sí dio que hablar. ?Vimos una actitud sin complicidad, sin mayores gestos. Es la muestra clara de un desgaste en la relación?, señala el periodista y analista político Pedro Tenorio. Ese mismo día, por la tarde se pactó una reunión en la cual estarían la primera ministra y el ahora embajador. Vizcarra no asistió. ?De un tiempo a esta parte, ha adoptado esa actitud con todos. No responde llamadas y no sabemos por qué?, detalla una fuente de alto nivel del Poder Ejecutivo. La relación entre los principales líderes del gobierno y Vizcarra hoy solo se circunscribe al ámbito protocolar. Horas después de la actividad en Ancón, Aráoz y Kuczynski compartirían una misma premisa a través de mensajes de Twitter: el equipo presidencial está unido. Vizcarra, en un mensaje publicado recién al día siguiente y ya desde Canadá, no recogería ese discurso. ?Martín, cada vez que va a Lima, siente más frío que en Canadá?, asegura una fuente del entorno cercano a Vizcarra para describir su vínculo con el Ejecutivo. El vicepresidente ya no mantiene un diálogo fluido con los líderes del gobierno. Tampoco forma parte de las principales decisiones. ?Caminos separados?La situación descrita no se puede atribuir a un solo factor, pero sí tiene un origen identificable: la adenda del aeropuerto de Chinchero. Cuando Vizcarra era aún titular del MTC, decidió convertir en vinculante la opinión de la contraloría sobre la adenda. Dejó en manos de ese pronunciamiento un, hasta entonces, caballo de batalla del gobierno. El Ejecutivo lo tomó como una intención de cuidar su futuro político. ?Dejó que el problema le reviente en las manos y se fue. Era el...

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