La discusión crítica y la identificación de falacias

AutorFrans H. Van Eemeren
Páginas85-113
Capítulo 4
La discusión crítica y la
identificación de falacias1
1. LA MANTENCIÓN DE LA RAZONABILIDAD EN EL DISCURSO
ARGUMENTATIVO
De acuerdo con la filosofía crítico-racionalista de la razonabilidad
favorecida en la pragmadialéctica, la razonabilidad del discurso
argumentativo depende, en primer lugar, de su conformidad con
un procedimiento de prueba crítico apropiado. Para poder hacer
posible juzgar, de esta manera, si el discurso argumentativo cumple
o no con los estándares, el modelo ideal de una discusión crítica, que
se desarrolló en el componente teórico del programa de investiga-
ción, deberá darle forma a la prueba crítica sistemática del discurso
argumentativo mediante un procedimiento dialéctico que pone a
prueba los diversos movimientos argumentativos que se realizan en
el discurso por su contribución a la resolución de una diferencia de
opinión. Este procedimiento dialéctico necesita especificar, en térmi-
nos de los movimientos argumentativos que se permiten hacer en las
1 Este capítulo se basa principalmente en van Eemeren y Grootendorst (1992:
102-217; 2004: 123-196).
FRANS H. VAN EEMEREN
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distintas etapas del proceso de resolución, a qué equivale mantener
la razonabilidad.
El procedimiento dialéctico que se diseña para llevar a cabo
una discusión crítica consiste en un conjunto de reglas que regulan
de manera constructiva el discurso argumentativo en las diversas
etapas del proceso de resolución. Las reglas incorporadas en este
procedimiento solamente permiten un intercambio crítico de actos
de habla que expresan movimientos argumentativos que contribuyen
a resolver una diferencia de opinión. Se supone que todas las reglas
de la discusión crítica que se incluyen en el procedimiento son ne-
cesarias, y se supone que cuando son consideradas conjuntamente
son suficientes para mantener la razonabilidad. El problema de
validez de este procedimiento pragmadialéctico para llevar a cabo
una discusión crítica, el cual es la prueba de su adecuación como
un procedimiento de prueba crítico, se determina por el hecho que
promueve la resolución de una diferencia de opinión al excluir todos
los actos de habla a partir de los cuales se hacen movimientos argu-
mentativos que impiden que el proceso de resolución sea llevado a
cabo de una manera razonable.
En la teoría de la argumentación, los movimientos argumentativos
que son, de alguna manera, gravemente incorrectos, son tradicional-
mente designados como falacias. Dada la ambición práctica de esta
disciplina, de resguardar y mejorar la calidad del discurso argumen-
tativo, la posibilidad de identificar y precisar las falacias puede, por lo
tanto, verse como la prueba de fuego para cualquier teoría normativa
de la argumentación. Es por esto que consideramos la capacidad de la
teoría pragmadialéctica de la argumentación de excluir movimientos
argumentativos que son, de algún modo, falaces, de ser considerados
aceptables, como la prueba definitiva de su problema de validez: se-
guir las reglas de procedimiento de discusión de la pragmadialéctica,
impediría que las falacias aparezcan. Por lo tanto, las falacias que
se discuten y condenan en la literatura sobre la argumentación son
vistas como precedentes de la mantención de la razonabilidad en el
discurso argumentativo.
A pesar de que ya en la Antigüedad Aristóteles había estudiado e
identificado un número de falacias como movimientos en un debate
que son erróneos desde una perspectiva dialéctica, con el paso del

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