EL DILEMA DELTA DE CHINA

El comercio ha fluido por el puerto de Ningbo, en la costa este de China, desde de la dinastía Tang (siglo VIII). En la primera mitad del 2021, manejó más toneladas de carga que cualquier otro en el mundo. Pero el 11 de agosto, la actividad en una de sus terminales más ajetreadas se detuvo abruptamente. Un estibador de 34 años que estuvo en contacto con tripulaciones visitantes fue diagnosticado con la variante delta, a pesar de haber recibido dos dosis de la vacuna Sinovac.

Ese solitario contagio fue suficiente para que el Gobierno cierre operaciones en la terminal y ponga en cuarentena a 650 contactos del trabajador. El caso es revelador de tres maneras. Vuelve a ilustrar cuán difícil es controlar la variante delta; demuestra que, una vez más, China lo intentará; y muestra cómo impactará ese esfuerzo en todo el mundo.

Un cierre similar ocurrió en mayo en el puerto de Yantián, en la costa sur, además de interrupciones originadas por el tifón In-fa en julio. Ahora demora alrededor de 70 días transportar carga desde su punto de origen en China hasta su destino final en Estados Unidos, frente a 47 días en agosto del año pasado, según la plataforma digital Freightos. A algunos expertos les preocupa que las demoras y la perspectiva de futuros cierres trastoquen la campaña navideña en Occidente.

El contagio en Nigbo es parte de un brote descubierto el 20 de julio en el aeropuerto de Nankín.

Para el 10 de agosto, se había propagado a una docena de provincias. A diferencia de otros países, que están aprendiendo a vivir con la variante delta, China ha impuesto una combinación de gran número de pruebas de descarte e inflexibles cuarentenas. Quienquiera que salga positivo es enviado al hospital, aunque sea asintomático, y sus contactos cercanos son confinados.

Al 10 de agosto, 50, 808 personas estaban en cuarentena, más de 20 por cada caso confirmado. El Gobierno ha desalentado los viajes no esenciales entre ciudades y provincias, y dos de las urbes más afectadas, Nankín y Zhengzhou, han pospuesto el inicio del año escolar. Según un análisis creado por Goldman Sachs, las actuales restricciones en China son tan estrictas como las de abril del 2020.

El impacto ya se está sintiendo. El 12 de agosto, los aeropuertos operaban al 38% de su capacidad, de acuerdo con la plataforma online de viajes Flight Master. Y la mediana de la congestión de tráfico en las doce ciudades más afectadas por el brote ha caído 12% respecto de su nivel prepandemia, según Ernan...

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