Descentralización, un reto pendiente en el Perú

Por Carlos MIlla vidalPresidente de la Cámara de Turismo del Cusco

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.El Perú debe ser el país más centralizado de toda América. Tenemos a su capital, con más de 11 millones de habitantes (uno de cada tres peruanos vive en Lima), situada en la costa, separada por desiertos, montañas y selvas de las otras ciudades, llamadas a ser capitales regionales. Lima es casi 20 veces más grande y concentrada que la mayoría de las ciudades intermedias.Lima concentra todo: población, recursos, poder político, desarrollo, educación de calidad, comunicaciones e infraestructura pública. Y, naturalmente, se convierte en un polo irresistible de atracción para toda la población del resto del país. Un amigo me decía: ?Nuestra sociedad local se está ?descremando??, es decir, se va toda la crema: la juventud y los mejores empresarios terminarán en la capital.Desde hace varias décadas, la lucha contra el centralismo fue la bandera de las izquierdas, que veían en esta actitud la única salida para ?arrebatar? el poder a la capital. Lamentablemente, este es el discurso en la política peruana. Y, definitivamente, no solo es un discurso destructivo y cortoplacista. Nada podremos construir con este pensamiento.La descentralización debe darse, más bien, potenciando ciudades intermedias vivibles, prósperas, en base a sus propias vocaciones productivas y, naturalmente, articuladas al territorio.En este escenario de polarización, nadie pensó en una auténtica descentralización hecha en base a nuestra realidad geográfica, y a nuestras vocaciones productivas. Nadie pensó en cómo debería ser el territorio de las nuevas regiones y cómo debían estar debidamente integrados. Nuestros políticos no estuvieron a la altura de sus responsabilidades.Miremos la HistoriaEl territorio de montañas del Perú, con altura de miles de metros no fueron entendidas como barreras a la comunicación y el desarrollo sino, más bien, como una ventaja, que proveía oportunidades a los habitantes del antiguo Perú.Vencieron las montañas con caminos transversales que articulaban territorios de costa a selva, y eso sucedió hace miles de años, donde los estados regionales entendieron el mandato de la naturaleza y trazaron una estrategia de ocupación territorial en varios pisos ecológicos. Establecieron vínculos productivos y demográficos que les permitían satisfacer sus necesidades, comercializar...

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