Los derechos sociales en la encrucijada: entre lo necesario y lo posible

AutorFrancisco Pardo Tornero
Páginas455-482
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Los derechos sociales en la encrucijada:
entre lo necesario y lo posible
Francisco Javier Pardo Tornero*
I. INTRODUCCIÓN. PREGUNTAS ARRIESGADAS, RESPUESTAS
COMPROMETIDAS
Existen ciertos tipos de preguntas que de alguna manera condicionan
el sentido de la respuesta. Ese es el caso cuando nos preguntamos
por la fundamentalidad de los derechos sociales, que resulta difícil
sustraer del contexto sociológico y político en el que se formula. La inter-
pretación de las normas en concordancia con la realidad social del tiempo
en que han de ser aplicadas no solamente constituye obligación legal im-
puesta por el Código Civil1, también es imperativo para cualquier operador
del derecho que entienda éste no como un mero sistema legitimador del
actual estado de las cosas, sino primordialmente como un instrumento
ecaz para alcanzar la justicia social. De ésta manera, la pregunta por los
derechos sociales nos obliga a reexionar sobre el momento crítico en que
se encuentra actualmente el llamado Estado del Bienestar surgido en Europa
Occidental tras la nalización de la II Guerra Mundial, y acuciado por
el empuje de una nueva forma de capitalismo nanciero, cuya principal
* Profesor Asociado de Filosofía del Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha
(UCLM).
1 Artículo 3.1 del Código Civil: “Las normas se interpretarán según...la realidad social
del tiempo en que han de ser aplicadas atendiendo fundamentalmente al espíritu
y nalidad de aquellas”.
FRANCISCO JAVIER PARDO TORNERO
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expresión política viene dada por un retorno del liberalismo radical que
propugna la reducción del Estado a la mínima expresión2. Fenómenos
como el recorte de los derechos y garantías sociales y laborales básicas, con
la consiguiente mercantilización, y en ocasiones desmantelamiento de los
servicios que presta el Estado, o la desregulación normativa en el ámbito
del derecho público3, no son más que consecuencias de un modelo que se
nos quiere presentar como inevitable, pero que solo esconde tras de sí una
mera opción ideológica4.
Reproduciendo unas brillantes palabras de Luigi Ferrajoli:
2 Como acertadamente señaló Tony Judt “Esta reducción de la sociedad a una tenue
membrana de interacciones entre individuos privados se presenta hoy como la am-
bición de los liberales y de los partidarios del mercado libre. Pero nunca deberíamos
olvidar que primero, y sobre todo, fue el sueño de los jacobinos, los bolcheviques y
los nazis: si no hay nada que nos una como comunidad o como sociedad, entonces
dependemos enteramente del Estado”. JUDT, T. Algo va mal, 2da. ed., Madrid,
Taurus, 2010, p. 119.
3 Sobre esta cuestión puede verse MARCILLA CORDOBA, G: “Desregulación,
estado social y proceso de globalización”. En DOXA, Cuadernos de Filosofía del
Derecho, 28, 2005, pp. 259-260: “En suma, la globalización ha inaugurado un
nuevo estadio en las relaciones poder-Derecho caracterizado por el retroceso,
probablemente irreversible, del Estado, que a pasos agigantados está dejando de ser
la instancia fundamental en la dirección de la actividad económica, la producción
y la aplicación de las normas. En el plano jurídico, una de las consecuencias más
importantes es la desregulación, bajo formas de legislación en las que predomina
la iniciativa normativa de los sujetos económicos, especialmente de aquellos que
operan a escala global: desarrollo de políticas abstencionistas, deferencia estatal
hacia la autonormación, delegación en sujetos y normas privadas del ejercicio
de funciones públicas, receptividad y sensibilidad de los poderes públicos a los
intereses y presiones de los agentes económicos globales, etc. La desregulación
se aproxima, en n, al vacío de Derecho, pero no de todo Derecho, sino de un
Derecho público (nacional o internacional) destinado a garantizar intereses
generales”.
4 Como sostiene Monedero: El “renovado sentido común, creado en centros de pen-
samiento neoliberales, a los que se les encargó la tarea de deslegitimar los discursos
colectivos, de alentar el individualismo y de cuanticar y argumentar el agotamiento
del estado del bienestar y de las propuestas trasformadoras”. MONEDERO, J.C. El
gobierno de las palabras. Política para tiempos de confusión, 2da. ed., Madrid, Fondo
de Cultura Económica, 2011, p. 157.

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