Los derechos humanos, entre la ética y la política

AutorManuel Atienza Rodríguez
Cargo del AutorCatedrático de Filosofía del Derecho, Universidad de Alicante
Páginas79-137
Los derechos humanos, entre la ética y la política
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LOS DERECHOS HUMANOS,
ENTRE LA ÉTICA Y LA POLÍTICA
1. LAS TESIS SOBRE FEUERBACH
En febrero de 1845, antes de la publicación de La sagrada fa-
milia, Marx es expulsado de Francia a instancias del gobierno
prusiano y se traslada entonces a Bruselas, en donde vivirá
durante los tres años siguientes. Allí redacta, en los primeros meses
de 1845, un brevísimo escrito, las “Tesis sobre Feuerbach” que habría
de publicar por primera vez Engels como apéndice a su L. Feuerbach
y el fin de la filosofía clásica alemana, en 1886, después de la muerte
de Marx. La crítica a Feuerbach, y a la filosofía neohegeliana, será
también el motivo de un extenso, en muchos pasajes pesado, pero
importante trabajo realizado en colaboración con Engels: La ideo-
logía alemana, en 1845-46.
Ya hemos visto el papel importantísimo que cumplía, en los
escritos anteriores de Marx, la filosofía de Feuerbach: por ejemplo,
en cuanto a la concepción del hombre o en cuanto a la crítica de la
religión, que son aspectos centrales para comprender la actitud de
Marx frente a los derechos humanos. La verdad es, sin embargo,
que Marx no fue nunca un feuerbachiano estricto, por lo que las
Tesis no deberían entenderse simplemente como una “ruptura” con
Feuerbach (como lo son en cierto sentido), sino también como una
consecuencia lógica en el desarrollo de su propio pensamiento. En
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cualquier caso, los aspectos fundamentales en los que se separa aq
de Feuerbach creo que son los dos siguientes:
En primer lugar, Marx considera que la filosofía de Feuer-
bach no es una filosofía de la praxis. Para Marx, el materialismo de
Feurbach era un materialismo teórico o contemplativo, pero no un
materialismo práctico, revolucionario. Según él, no era suficiente
con descubrir el fundamento terrenal de la religión, tal como lo ha-
bía hecho Feuerbach, sino que era preciso también transformar las
condiciones que hacían posible la religión: Así pues —concluía en
la tesis IV—, por ejemplo, después de descubrir la familia terrenal
como el secreto de la sagrada familia, hay que aniquilar teórica y
prácticamente la primera”1. Y la exigencia de la praxis aparece, e
incluso con una cierta exageración, en la famosísima tesis XI: “los
filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos;
de lo que se trata es de transformarlo2.
Ahora bien, el énfasis puesto en la práctica, la convicción
de que los cambios no pueden ser simplemente cambios teóricos,
estaba ya afirmado por Marx en sus obras anteriores. Por ejemplo,
en L a sagrada familia (muy poco antes de la supuesta “ruptura”
con Feuerbach) había escrito: “Las ideas no pueden conducir más
allá de las ideas del antiguo estado de cosas. De hecho, las ideas no
pueden realizar nada. Para realizar las ideas, se necesitan hombres
que ponen en juego una fuerza práctica”3. Y en la Introducción a la
crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, en el lenguaje característico
de su época juvenil: “el arma de la crítica no puede reemplazar la
crítica de las armas; la fuerza material debe ser abatida por la fuerza
material”, pero —añadía entonces— “también la teoría se transfor-
ma en fuerza material cuando se apodera de las masas”4.
Por otro lado, Marx parece haber exagerado un tanto la pro-
pia concepción de Feuerbach, ya que éste sí que tenía en cuenta
1 MARX, K. “Tesis sobre Feuerbach”. En: MARX-ENGELS. La ideología alemana,
pp. 666-667, Coedición Pueblos Unidos. Montevideo - Editorial Grijalbo,
Barcelona, 1974.
2 Ibídem, p. 668.
3 MARX, K.-ENGELS, F.. La sagrada familia, ob. cit., p. 136.
4 MARX, K. Introducción a la crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, ob. cit.,
p. 30.
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la práctica, aunque fuera de una forma que podía considerarse
insatisfactoria. Como ha escrito G. AMENGUAL : “Feuerbach es
consciente del condicionamiento económico de la moral, de que
las necesidades condicionan el pensar, de que la conciencia no
produce el ser, sino el ser a la conciencia, sin embargo, su filoso-
fía se agota en ser pregonera de estas nuevas visiones. Su teoría
exige la práctica, pretende un cambio social, pero esta práctica y
sus determinaciones no son asumidas en la teoría, sino que ésta
se erige en principio rector de la práctica, la dirige, la práctica no
tiene más que ser aplicación o realización de la teoría y sin más
mediación que la conciencia”5.
En segundo lugar, Marx consideraba que el punto de vista
asumido por Feuerbach era ahistórico y abstracto. Este último con-
templaba al hombre en cuanto ente aislado, no como ser social (tesis
VI y VII). Y, para Marx, que el hombre era un ser social significaba:
a), que no se le podía abstraer del proceso histórico; b), que el hom-
bre no era un individuo aislado, sino que pertenecía siempre a un
tipo de sociedad determinado; la “esencia humana”, escribía, no es
“una abstracción inherente a cada individuo” sino “el conjunto de
las relaciones sociales”6.
Este relativamente nuevo concepto del hombre como ser social
significa, desde luego, un cambio importante con respecto al concep-
to de hombre de Feuerbach que Marx había aceptado anteriormente,
aunque —como hemos visto— con ciertas vacilaciones. Así parece
desprenderse de la propia terminología de Marx, quien, en obras
como los Manuscritos o La sagrada familia había empleado, más o
menos indistintamente, la expresión “ser genérico” y “ser social”.
Ahora parece, por el contrario, establecer una diferencia entre ambos
términos y rechaza explícitamente el concepto de hombre como ser
genérico. Concretamente, en la tesis VI escribirá que el ser social
no es el género, es decir, lo que tienen en común los seres aislados
considerados abstractamente, sino lo que tienen en común en el acto
de relacionarse; no lo que tienen en común como seres naturales,
5 AMENGUAL, G. Crítica de la religión y antropología en Ludwig Feuerbach. La re-
ducción antropológica de la teología como paso del idealismo al materialismo,
pp. 362-363. Editorial Laia, Barcelona. 1980.
6 MARX, K. “Tesis sobre Feuerbach”, ob. cit. (tesis VI).

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