El denominador común (causante) de la criminalidad en los países iberoamericanos

AutorGino Ríos Patio
Cargo del AutorAbogado. Doctor en Derecho
Páginas198-216
EL DENOMINADOR COMÚN (CAUSANTE) DE LA CRIMINALIDAD EN LOS
PAÍSES IBEROAMERICANOS
Dr. Dr. Dr. H.C. Gino Ríos Patio
Universidad de San Martín de Porres
SUMARIO
1. Introducción.
2. La realidad de los países iberoamericanos en cifras.
3. Un análisis del verdadero iter criminis.
4. La cuestión criminal vista desde la criminología contemporánea.
5. El denominador común causante de la criminalidad.
6. Conclusiones.
7. Fuentes de información.
RESUMEN
El autor parte de la premisa que la realidad criminógena de los países
iberoamericanos, también denominados latinoamericanos o indoamericanos, es idéntica,
por lo que constituyen una sola unidad de análisis criminológico, debido a su mismo
origen colonial, igual historia republicana y similar estructura social, económica,
política y cultural; lo cual configura para dichos países una situación problemática que
deriva en una caracterización de sociedades no maduras, de desigualdad y deficiente
desarrollo humano, independientemente del nivel de crecimiento económico que puedan
tener. El objetivo central del estudio es determinar que en esa situación subyace la causa
de la criminalidad, común para los países iberoamericanos, lo cual el autor llega a
establecer en términos de relación de causalidad, como conclusión principal de su
estudio.
1. INTRODUCCIÓN
Desde que la región latinoamericana del continente americano fue habitada por los
primeros hombres, su historia no armoniza con las etapas de la historia de los otros
continentes; sus pueblos originarios no se contactaron con otras culturas en el mundo; y
progresaron independientemente creando lenguas, civilizaciones y estructuras sociales,
políticas, económicas, culturales, como sostiene Willey, G. y Philip, P. (1958).
Es a partir de 1492 que los pueblos iberoamericanos fueron agregados al mundo
occidental como colonias de España y Portugal, imperios que impusieron la esclavitud
social y transformaron drásticamente la constitución étnica de la población, al tiempo
que exterminaron a muchos indígenas americanos. El hecho es que después de casi
cuatro siglos de colonización se inició un proceso emancipador del cual surgieron los
estados nacionales latinoamericanos actuales, sin que se evidenciara una línea de
continuidad con los pueblos nativos, lo cual no se da en ningún otro continente.
Uno de los aspectos fundamentales de toda sociedad es la ética. En el caso de las
grandes culturas iberoamericanas, tales como la inca, la azteca y la maya, para mantener
el orden, aplicaron una filosofía moral basada en lo colectivo, es decir, la armonización
del conjunto social a la que el hombre debe contribuir a alcanzar para el bien de todos.
Toda sociedad civilizada tiene un código ético que rige la conducta individual de
sus miembros. La preocupación ética por excelencia es vivir bien, esto es, conforme a
los valores y las virtudes, que deben ser asumidos, libre y voluntariamente, mediante la
razón y practicados permanentemente, para alcanzar la felicidad individual.
La civilización incaica se asentó sobre un tríptico moral de acendrado valor ético:
Ama sua, Ama llulla y Ama quella (“No seas ladrón”, “No seas mentiroso” y “No seas
ocioso”), el cual naturalmente llevaba a consolidar el precepto social Ama Hucha (“No
al crimen”). La forma prohibitiva de las expresiones puede revelar que la negación
implicaría el sentido de tener lejos dichas acciones, de apartarse de ellas por significar
conductas inmorales y negativas, de las que solo podía desprenderse daño a los demás.
La civilización azteca se basaba en los discursos huehuetlatolli, para el buen
comportamiento, en los que trascendía, como recuerdan León, M. y Silva, L. (1993),
que la sapiencia era un sendero de toda la existencia y el buen vivir tenía que ser
recordado continuamente a todos, súbditos y emperador.
La civilización maya, según anota Campos, J. (2008) tuvo como postulados éticos
el carácter sacro de la naturaleza y del universo; el valor de la lealtad y el
agradecimiento; el alcance de la plenitud, el cumplimiento de los trabajos y
compromisos; el sentido y estado de paz; el sentido de la responsabilidad; el valor del
trabajo en la vida y el de proteger todo porque tiene vida; el respeto a la palabra de los
mayores; la verdad en todo lo que se expresa; la ayuda mutua y la cooperación; y la
belleza y limpieza de la vida.
Como se puede apreciar, las tres más grandes civilizaciones de Indoamérica se
erigieron sobre la base de una ética social que privilegiaba el buen vivir en términos de
una existencia armónica y pacífica con la comunidad y el ecosistema. Sin embargo,
nada queda de ello si observamos la realidad actual en aspectos tales como la confianza,
la discriminación, la violencia, la criminalidad, la inseguridad, la pobreza, la

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