¿Qué le dejó a América Latina la minería?

AutorLuis Fajardo

¿Qué le dejó a América Latina la década de bonanza minera que está llegando a su fin?

América Latina acaba de vivir una década de bonanza minera que despertó esperanzas de riqueza como pocas veces en su historia. Impulsada por la que parecía inagotable demanda china por cobre, carbón y otros minerales, la región experimentó lo que algunos denominaron un segundo Dorado.

Pero la bonanza terminó. La economía china resultó ser como todas las demás: es decir, con altibajos. Y el reciente desánimo chino por consumir ha contribuido a abruptos frenazos a planes de inversión y ventas de multimillonarios proyectos mineros en América Latina.

Apenas esta semana se conoció que Glencore, el gigante de la industria minera mundial, estaba vendiendo uno de sus proyectos en Chile, la mina de Lomas Bayas. Un caso que no parece ser el único en una industria minera que se está replegando ante la caída en los precios internacionales de muchos productos básicos.

Por lo que puede ser un buen momento para buscar opiniones sobre lo que le quedó a la región después del torrente de dólares que pasó por América Latina en los últimos diez años para adelantar proyectos mineros, muchas veces contra la intensa resistencia en las comunidades que los albergaron.

Un torrente

América Latina se convirtió en estos años en uno de los epicentros globales de la actividad minera, recogiendo el 27% del total de inversión en exploración, según datos del Banco Mundial. Y es difícil subestimar el volumen de dinero que llegó a la región para impulsar esa actividad.

Pese a la desaceleración, el Banco Mundial ha dicho que hay planes por nuevas inversiones mineras en América Latina que llegarían a los US$200.000 millones para el año 2020.

El organismo multilateral ha estimado que un solo país, Chile, recibía rentas por la actividad minera que se acercaban a US$41.000 millones en 2011, o cerca del 19% del Producto Interno Bruto de esa nación. Una cifra que, a su vez llegaba a US$17.000 millones en Perú, y US$1.300 millones en Bolivia, para mencionar apenas dos ejemplos más de naciones de tradición minera centenaria.

En Brasil y México, las dos economías más grandes del continente, la contribución minera no era tan dominante frente a las demás actividades dada su producción mucho más diversificada, pero igual alcanzó sumas nada despreciables.

En Brasil, las rentas generadas por la minería alcanzaron US$67 mil millones o el 3% de la economía de ese país.

Tierra de conflicto

Pero ante los...

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