Sobre la defensa del modelo económico y la coherencia

Considerada una socialista por muchos, de Elizabeth Warren “The Economist” ha dicho: “Lo que la motiva es la idea de sentir a una clase media depredada por la gran empresa y traicionada por la clase política, que únicamente festeja su existencia con el dólar corporativo de Washington”. ¿Quién es esta candidata a las primarias por el partido Demócrata y que, de ser elegida, podría derrotar a Donald Trump en las próximas elecciones de Estados Unidos?

Lo cierto es que Warren no es una socialista en esencia: No cree en la propiedad del Estado en las empresas, se considera “capitalista hasta los huesos” y ama lo que el mercado puede hacer. “Es lo que nos hace ricos y crea las oportunidades”, declara. Sin embargo, cree en los mercados regulados que operen con justicia. Considera que las reglas con las que operan los mercados son injustas en muchas formas y que el dinero termina corrompiendo el capital político de la sociedad. Personalmente, no estoy de acuerdo con la Sra. Warren, pero lo cierto es que su motivación expresa en esencia la realidad de lo que viene ocurriendo en América Latina y ello debería de llevar a la clase política y al mundo corporativo a una reflexión seria.

Primero, no existe una claridad de lo que se entiende por modelo económico en la región. Hoy vemos cómo los países pasan de una realidad política a otra sin buscar la continuidad del modelo en el tiempo. Argentina: en el permanente péndulo político, hoy de derecha a izquierda. Uruguay: después de 25 años, a la inversa. Bolivia: saliendo de un modelo de izquierda, al igual que Ecuador y Brasil. México: regresando hacia la izquierda, al igual que Nicaragua, Cuba y Venezuela; y otros, como Panamá, Costa Rica y El Salvador, transitando por una opción de centro que no está del todo consolidada. Y claro, estamos Chile, Colombia y el Perú, viviendo en un modelo capitalista cada uno con sus propios problemas, pero principalmente con muchas dudas y críticas de muchos sectores de la sociedad.

Lo cierto es que si vemos el mapa político de América Latina, no sabríamos por dónde definirla, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en donde podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es un país profundamente capitalista, sea uno demócrata o republicano. Y es porque en esa sociedad se reconoce la esencia del emprendimiento, la libertad individual y la iniciativa privada.

¿Por qué estos cambios de opinión en la región? Un cambio de opinión puede ocurrir al darnos cuenta de que...

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