Cuatro mil años consumidos por el fuego

Por enrique planasNo hubo quien controle la quema de la caña de azúcar el domingo en la empresa Pomalca. Esa tarde de viento, las llamas se extendieron por la maleza y recorrieron los 200 metros que separan los campos del complejo arqueológico. Lo primero en encenderse fue el almacén. Luego los techos que protegían el templo, construidos con materiales inflamables. El arqueólogo Ignacio Alva Meneses, quien junto con su padre Walter Alva descubrió ese complejo en 1989 y que años después inició en el 2007 el Proyecto Arqueológico Cerro Ventarrón, recorre ahora el complejo. Puede ver consumidos los almacenes, y con ellos, las colecciones de cerámica, telas y restos óseos. El material sintético de las cubiertas cayeron sobre las estructuras puestas en valor, impregnando de plástico derretido y hollín la arquitectura y sus murales. Al otro lado de la línea telefónica, el director del proyecto hasta el 2015 intenta ofrecer un reporte de daños lo más técnico posible. Pero no puede evitar mostrarse conmovido. Esas ruinas hoy cubiertas de asfalto han sido parte de su vida, desde que junto con su padre defendiera el lugar de los huaqueros. Entonces descubrió aquellos restos de muros pintados de rojo y blanco, que recién 20 años después pudo poner en valor con el Proyecto Arqueológico Cerro Ventarrón, con presupuesto de la Unidad Ejecutora Naylamp-Lambayeque. Esas excavaciones permitieron registrar y documentar, por primera vez, la arquitectura monumental más antigua de la región.?El valor de lo perdido ?La llamada huaca Ventarrón es en realidad un centro ceremonial levantado en la falda oeste del cerro, sobre un promontorio rocoso. Como señala Alva, su arquitectura consiste en una gran plataforma escalonada con acceso desde el norte. Fue edificado en tres fases superpuestas, calculándose la más antigua entre el 2300 y el 2035 a.C. Desde la cima puede contemplarse el amplio valle de Lambayeque y el curso del río Reque. El arqueólogo piensa que desde allí los antiguos habitantes debieron dirigir la agricultura y la organización del primer sistema cultural de la región. "La trascendencia de este lugar para la historia de Lambayeque es fundamental. Era la cuna de la civilización de la costa norte. Teniendo la misma antigüedad que Caral, tenía una complejidad superior", explica Alva. "Que todo esto se haya quemado en pocas horas me ha dejado en ‘shock’. No he podido dormir. Me pasé toda la noche escribiendo y mandando fotos para que, de alguna manera, se...

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