Cruda incertidumbre

AutorThe economist

Desde que comenzó el año, el precio del petróleo ha sorprendido hasta a los más pesimistas: se ha reducido 18%. El 12 de enero, el precio de referencia en Estados Unidos, West Texas Intermediate (WTI), cayó bevemente por debajo de US$ 30 por barril, su peor nivel desde el 2003.

Al día siguiente, una incipiente alza fue interrumpida por las noticias de que las existencias estadounidenses de crudo y productos petroleros habían alcanzando un nuevo récord: 1,300 millones de barriles. Las empresas se están adaptando; por ejemplo, BP anunció considerables recortes de personal y la estatal brasileña Petrobras redujo sus planes de inversión.

Algunos culpan de esta situación a factores distintos a la oferta y demanda. Según el banco de inversión Standar Chartered, el precio de petróleo podría caer hasta US$ 10 por barril antes que los espectadores admitan que "las cosas han sido demasiado lejos". Pero en realidad se trata principalmente de conjenturas.

La incertidumbre es tal que los contratos de derivados vinculados a suministros para abril implican un precio entre US$ 25 y US$ 56 por barril. Neil Atkinson, de la Agencia Internacional de la Enregía (AIE), dice que existen muchos motivos para sentirse pesimista- en especial por el lado del consumo-.

La reciente caída ocurrió en simultáneo con un derrumbe del mercado bursátil chino y del yuan, que para algunos inversionistas refleja la debilidad de la economía china y, por tanto, de la demanda por petróleo. Aunque Atkinson reconoce tal posibilidad, cree que este riesgo está siendo sobreestimado: el 13 de enero se conoció que en el 2015 China importó un récord de 6.7 millones de barriles diarios.

El problema es que, aparte de India y China, la demanda no se ve prometedora en ninguna otra parte. Es improbable que Europa repita el relativamente fuerte crecimiento de sus comprar observando en el 2015 y, aunque la economía estadounidense continúa creciendo, el endurecimiento de las normas de eficiencia para los combustibles limita un aumento de la demanda.

En Medio Oriente, donde el uso de combustible se incrementó el año pasado, el 2016 será diferente, pues los gobiernos de la región han elevado los precios del pertróleo o eliminando subsidios para reforzar las finanzas públicas.

Encima, los productores no están disminuyendo su oferta tan rápido como se esperaba. La última pertubación la causó la OPEP, que en diciembre puso a fin a su sistema de cuotas. Arabia Saudita, que solía reducir su producción...

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