Conflicto y balance de derechos

AutorDaniel Mendonca
Páginas171-203
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Conf‌licto y balance de derechos
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- I -
En 1989, el Instituto de Arte Contemporáneo de Filadela inauguró la
exposición itinerante Robert Mapplethorpe: el momento perfecto, que suscitó
una incendiaria polémica en los Estados Unidos. La muestra contenía algunas
de las fotografías eróticas más explícitas del artista, incluyendo un autorre-
trato en el que aparece con un látigo insertado en el ano. Aunque su trabajo
ya había sido mostrado en exposiciones nanciadas con fondos públicos,
grupos conservadores y organizaciones religiosas aprovecharon esa ocasión
para oponerse al apoyo del gobierno a lo que consideraban una sensacional
presentación de material posiblemente obsceno. En Cincinnati, la exhibición
dio lugar al procesamiento del director del Centro de Arte Contemporá-
neo, Dennis Barrie, bajo la acusación de obscenidad y pornografía infantil.
Poco después, la Corcoran Gallery of Art, el museo de arte más antiguo de
Washington DC, canceló la exposición cuando sus autoridades vieron las
obras. Luego de que la Corcoran rechazara la exposición, la comunidad de
artistas de Washington ofreció una presentación nocturna de diapositivas de
las fotos de Mapplethorpe sobre la fachada de mármol del museo. Sin lugar
a dudas, las obras tienen el poder de perturbar al espectador1.
1 T, A. Robert Mapplethorpe. Eros and order, Museo de Arte Latinoamericano
de Buenos Aires, Buenos Aires, 2010, p. 18.
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En 2004, el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires montó una
muestra del galardonado artista argentino León Ferrari titulada Retrospectiva,
que incluía su conocida obra La civilización occidental y cristiana, un enorme
Cristo de santería “crucicado” sobre un avión de combate norteamericano,
así como las series tituladas Ideas para inernos, que contienen guras de
santos, vírgenes y Cristos dentro de licuadoras, tostadoras, sartenes y ollas.
En una severa carta pastoral, el entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa
Francisco, criticó abiertamente la muestra y calicó a Ferrari de blasfemo.
La carta desató la reacción de grupos católicos radicales que ingresaron a la
muestra, pocos días después de su inauguración, al grito de “¡Viva Cristo
rey, carajo!” y destruyeron varias obras. Durante los cuarenta días que la
exposición estuvo efectivamente abierta al público, convocó a 70.000 es-
pectadores, generó largas y demoradas colas para ingresar, hizo necesario
extender el horario de exhibición hasta pasada la medianoche, motivó cuatro
manifestaciones de respaldo, una misa y una manifestación de rechazo y
dio lugar a centenares de artículos en periódicos y revistas. El público llenó
cuatro libros del Centro Cultural Recoleta con sus opiniones sobre las obras
exhibidas, y programas de periodismo político, que nunca habían dedicado
espacio alguno al arte, organizaron paneles de debate. La exposición ocupó
varias veces las primeras planas de los principales periódicos argentinos. Fue
clausurada y reabierta por la justicia2.
En 2015, un grupo terrorista atentó contra la sede de la revista Charlie
Hebdo, conocido semanario satírico francés. Con sus publicaciones, la revista
consiguió la indignación de musulmanes, judíos y cristianos por igual. Su
labor fue motivo de debates, acusaciones, juicios y atentados. El semanario
cobró relevancia internacional cuando se involucró en la controversia sobre
las caricaturas de Mahoma en 2006. Charlie Hebdo replicó las caricaturas
aparecidas en un periódico danés, razón por la que fue demandado por
autoridades islámicas francesas bajo la acusación del delito de injurias públi-
cas contra un grupo de personas en razón de su religión. En noviembre de
2011, tras referirse a la victoria de los islamistas en las elecciones de Túnez,
su sede fue atacada con cócteles Molotov, lo que provocó graves daños. En
la mañana del 7 de enero de 2015, dos hombres encapuchados y vestidos de
2 G, A. El caso Ferrari, Ediciones Licopodio, Buenos Aires, 2008.
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negro, portando fusiles automáticos Kalashnikov, irrumpieron nuevamente
en su sede, mataron a doce personas e hirieron de gravedad a otras cuatro.
La organización terrorista Al Qaeda se adjudicó el ataque. Pocos días des-
pués, la revista publicó en su portada una caricatura del profeta Mahoma
diciendo “Yo soy Charlie” con una lágrima en una de sus mejillas y bajo la
leyenda “Todo está perdonado”. Las manifestaciones a favor y en contra de
las publicaciones de la revista fueron multitudinarias3.
- II -
Los sistemas jurídicos contemporáneos consagran y garantizan nu-
merosos derechos: derecho a la educación, derecho a la integridad física y
moral, derecho a la intimidad, derecho a la justicia, derecho a la libertad
ideológica y religiosa, derecho a la libertad y seguridad personales, derecho
a la producción artística, cientíca y literaria, derecho a la propia imagen,
derecho a la salud, derecho a la vida, derecho a la vivienda, derecho al honor,
derecho al trabajo, derecho a la asociación, derecho a la huelga, derecho a la
información y a la libre expresión, derecho de petición, derecho de reunión,
derecho de sindicación, derecho de sufragio, entre otros.
Desde luego, el catálogo de derechos se ha ido modicando con el
cambio de las condiciones históricas, de las necesidades vitales, de los inte-
reses humanos y de los medios disponibles para su realización. Se arma,
en efecto, que la ampliación del catálogo se ha producido por tres causas
interdependientes: en primer lugar, porque ha ido aumentando la cantidad
de bienes considerados merecedores de ser tutelados; en segundo lugar,
porque ha sido ampliada la titularidad de algunos típicos derechos a sujetos
distintos del hombre; y, en tercer lugar, porque el hombre mismo no ha
sido ya considerado como ente genérico, u hombre en abstracto, sino que
ha sido visto en la especicidad o en la concreción de sus diversas maneras
de estar en la sociedad, como menor, como anciano, como enfermo, como
trabajador, etcétera. Es decir: más bienes, más sujetos, más condiciones. Así,
derechos que habían sido considerados absolutos a nales del siglo ,
como el derecho de propiedad, han sido sometidos a limitaciones radicales
en las declaraciones contemporáneas, y derechos que las declaraciones del
3 S, N. Yo soy Charlie, Conuencias, Salamanca, 2015.

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