Ciudades fracturadas.
| Autor | Ojeda, Rafael |
| Cargo | Urbanismo y planificaci |
[ILUSTRACIÓN OMITIR]
Tal vez nos estamos acercando a un momento de crisis de la vida urbana, y Las ciudades invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles.
ITALO CALVINO
La noción contemporánea de crisis urbana nos ha llevado a considerar, en las principales metrópolis de América Latina, causas como la hiperpoblación, el centralismo, los conflictos sociales y culturales, además de las infranqueables brechas económicas y los procesos de insalubridad e inseguridad que tienden a agudizarse. Cambios de configuración que, como evidencia irrefutable de una crisis generalizada, han repercutido en todas las representaciones hechas de la ciudad--como realidad política, social, económica, psicológica, artística o realidad cultural--, lo que ha determinado nuevos desafíos que el urbanismo actual debe afrontar para encontrar una salida viable.
Con todo ello, la crisis actual parece reproducirse, diseminándose en todas las esferas de vida en sociedad, hasta afectar incluso los espacios de la vida cotidiana, para manifestarse no solo como una moda intelectual derivada de las nociones catastrofistas del ala desesperanzadora de los presupuestos posmodernos, sino como un conjunto de sintomatologías generalizadas, de las que ni siquiera la ciudad, como sistema de interrelaciones humanas y sociales, ha podido escapar.
Pues hay en el espacio urbano una noción de cosa funcional, en términos de eficacia y eficiencia, que, al sustentarse en las estructuras predeterminadas del diseño urbano, nos muestra una realidad que ha sido desbordada por las explosiones demográficas que han caracterizado a la vida contemporánea, lo que nos dice que muchas cosas, en las ciudades, ya han dejado de funcionar.
DIMENSIONES URBANAS FUNCIONALES Y DISFUNCIONALES
La ciudad ha sido presentada como una realidad físico-geográfica localizable, concretamente urbana, que pasó a albergar un complejo simbólico-discursivo, que puede ser leído en su condición de proyecto de desarrollo colectivo, cuyas modernas bases alcanzaron a consolidarse, en occidente, recién en el siglo XVII a partir del Pacto de Westfalia y el advenimiento del moderno Estado-nación. Mas, esa conciencia de una crisis crónica que enfrenta la ciudad, definida también como foco de poder político, centro de la vida económica, social y religiosa, o como un organismo con historicidad propia, además del lugar de las innovaciones tecnológicas, científicas, filosóficas y artísticas, nos confronta con tensiones contradictorias, debido a su homogeneización y ensanchamiento progresivo; y a una simultánea heterogeneización y fragmentación.
Como realidad estética y social, las ciudades poseen también una dimensión inmaterial que nos hace verlas como realidades simbólico-discursivas, cuyas características tienden a perennizarse a partir de mitos, leyendas, tradiciones, además del conjunto de representaciones que, de alguna manera, han ido legitimando las continuas asimetrías sociales, cartografiadas a partir de un mapeo que nos muestra las polarizaciones geográficas del poder.
Todo esto las provee de un carácter distintivo y una reputación histórica...
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