En busca de la prosperidad

“Para evitar desbarrancarnos, será crucial espolear simultáneamente reformas que revitalicen el modelo económico y que sirvan como señal a los agentes desde el minuto uno”, afirma el exministro de Economía y Finanzas.

El deterioro económico y social experimentado por millones de peruanos ha sido brutal. En un contexto en el que la economía cayó en más del 10% en el 2020, donde la tasa de pobreza se incrementó en diez puntos porcentuales, en el que dos millones han perdido el trabajo, y con millones de deudos y contagiados por el COVID-19, es un deber ineludible poner sobre la mesa los recursos financieros para recuperar el pulso.

Pero cuidado. Si no conseguimos que la economía crezca sostenidamente, la crisis fiscal estará a la vuelta de la esquina. Así, para evitar desbarrancarnos, será crucial espolear simultáneamente reformas que revitalicen el modelo económico y que sirvan como señal a los agentes desde el minuto uno.

Es injusto decir que el modelo económico no ha marcado una diferencia superlativa respecto al caos de décadas pasadas. En el gráfico 1, se aprecia una serie del crecimiento del PBI per cápita entre 1960 y el 2019 para países seleccionados. Resalta cómo a partir de los 90 el ingreso por habitante en el Perú empieza a despegar gracias a la introducción de una estructura basada en sólidas reglas macroeconómicas, el funcionamiento del mercado y la apertura al mundo.

La interacción de estos tres elementos propició la mejor asignación de los factores de producción, promoviendo el círculo virtuoso de más crecimiento, menor pobreza y mayor igualdad.

La introducción del actual modelo mostró además lo erradas de las recetas previas basadas en estatizaciones, controles de precios y proteccionismo que nos trajeron hiperinflación, recesión y pobreza.

Se constata también que desperdiciamos décadas viendo a otros países como Corea del Sur, Malasia, Tailandia y Chile ampliar la brecha de desarrollo mientras el Perú caminaba equivocadamente.

Las reformas permitieron un buen despegue, y viendo las tendencias, hoy podríamos haber superado a Tailandia y habríamos recortado diferencias con Chile. Sin embargo, la fatiga de reformas desde hace diez años truncó ese destino. Eso sí, pudimos mantener distancias claras respecto a Bolivia, reducir diferencias con Brasil y estar lejos del desastre venezolano.

Análisis

¿Qué detuvo nuestra senda de expansión desde el 2010? Simplemente que la mayor productividad que trajo la mejor asignación de factores...

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