Buenos muchachos

Ha oído el recado del comisario sobre la posibilidad de una tercera interrupción por lluvias en la cancha uno y ha apurado el paso del partido con una paciencia que Gilles Simon pensaría que aún le quedase otro set para tentar algo que parece casi imposible para el circuito masculino: vencer a Federer en el césped de Wimbledon. En una carpeta mágica verde claro, Roger maneja a su antojo cada golpe que desnudará las debilidades de un tenista francés que le ha seguido solo el ritmo en el segundo set del encuentro. Federer es implacable con su primer servicio (85%) y te quiebra (50%) en una superficie que no lo permite con facilidad para el tenista promedio. Sencillo, armonioso y un centenar de calificativos más para la necesidad de describirlo, Federer se ha instalado en las semifinales de Wimbledon, al derrotar en tres sets (6-3, 7-5 y 6-2) a Simon, con una derecha que, pese al tiempo, conserva el toque de antes y con un físico que no requiere exponerse tanto como en el polvo de ladrillo. En un encuentro con dos interrupciones, Federer conservó la calma en las instalaciones del All England Club mientras pasaba la llovizna. Después, cruzó sus disparos y atacó eficientemente a centímetros de la net (8/11) para llegar a diez triunfos seguidos en el pasto. No ha llegado a tantos errores (5) como sí lo ha hecho Murray (13) frente al canadiense Vasek Pospisil. Precisamente, el próximo rival de Federer se deshizo con su servicio (84%) de Pospisil, en un partido que pudo alargarse más tras los viejos fantasmas del escocés en el punto decisivo para partido (6-4, 7-5 y 6-4). ¿Qué pasa en la cabeza de Murray?Un misterio, es impredecible...

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