Atrapados en el agujero negro

AutorDaniel Macera

A abril del presente año, la deuda del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles Derivados del Petróleo (FEPC), cuyo objetivo es mitigar el traslado de la volatilidad del precio internacional del petróleo a los precios de los combustibles locales, es de S/750 millones, y va en constante crecimiento.

Esta deuda, que en años anteriores ha llegado a picos de S/2.619 millones (2008), motivó a que el primer punto en materia de gestión económica que el Gobierno busca ejecutar a través del pedido de facultades legislativas esté enfocado en fortalecer el FEPC. “Viene generando importantes costos

fiscales y tiene ciertos problemas que es necesario corregir para fortalecer su eficiencia y sostenibilidad”, se indica en el documento.

De hecho, de sus 164 meses de existencia, el FEPC solo ha estado en azul durante nueve meses: en el 2009, durante seis; y en el 2006, por otros tres. Ello refleja que opera con un sistema carente de balance.

Bola de cristal rota

El FEPC fue creado en el 2004 para evitar que la volatilidad de las cotizaciones internacionales del petróleo se traslade a los precios que pagan los consumidores peruanos. Por ello, explica el Instituto Peruano de Economía (IPE), la medida creó una banda de precios para el GLP, el diésel y los petróleos industriales para generación eléctrica, que limita su variación fijando un precio máximo y mínimo.

Así, cuando la cotización internacional sube por encima del valor máximo, los consumidores pagan este precio tope y el FEPC paga la otra parte, manteniendo el precio final dentro de la banda. Mientras tanto, cuando la cotización internacional se encuentra debajo del precio mínimo, el consumidor paga el precio mínimo y la parte restante se acumula en el fondo.

El problema es que los precios estuvieron durante mucho más tiempo por encima de la parte superior de la banda, lo cual obligó al Estado a subsidiar el FEPC más veces de las que recibió aportes, explica Pedro Gamio, ex viceministro de Energía.

Para resolver este inconveniente, en el 2010 el Estado estableció que la banda de precios se actualizaría bimestralmente –siempre que el precio externo esté fuera del rango vigente– en un máximo de 5% de la variación en el precio final al consumidor de cada producto incluido en el fondo, excepto para el GLP, cuya actualización es de 1,5%.

Pero los años siguientes, para perjuicio del fondo, los precios del petróleo subieron considerablemente más de lo que la banda podía reflejar al ser...

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