Alejandro Deústua

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ALEJANDRO DEÚSTUA
(Huancayo, 1849- Lima, 1945)
«NO ES LA IGNORANCIA DE LAS MULTITUDES , sino la falta de sabiduría de los
alfabetos lo que constituye la principal amenaza contra el progreso social», escribía
Alejandro Deústua en su célebre estudio «El Problema de la educación nacional».
Destacó como el propulsor de la pedagogía filosófica, cuyo signo espiritualista lo
contraponía al positivismo educativo promovido por Manuel Vicente Villarán.
La formación académica de Deústua estuvo ligada a su vida universitaria
desde 1869, cuando se incorporó como auxiliar del curso de filosofía en la
Universidad de San Marcos; posteriormente, se graduó de Licenciado en Derecho
con la tesis: «La intervención de la Iglesia en la instrucción privada» (1873);
ocupando, después, los siguientes cargos: Catedrático adjunto de Literatura General y
de Estética en la Facultad de Letras (1882), Catedrático Principal (1884), Catedrático
Principal de Filosofía (1902), Decano de la Facultad de Filosofía y Letras (1915) y
Rector de la Universidad de San Marcos (1928-30).
Deústua representó en el terreno filosófico la reacción espiritualista contra el
predominio positivista, cuyo auge cimentó el pensamiento evolucionista de Herbert
Spencer en nuestro país.
Esa hegemonía concluyó cuando en los primeros años de este siglo, Deústua
introdujo en la reflexión nacional, el pensamiento de Wundt, Fouillée, Masci; así
como el impacto de Guido Villa («La Psicología Contemporánea») y la influencia de
Henry Bergson («La energía espiritual»).
Fue uno de los ideólogos del Partido Civil, en cuya representación ocupó en
1902 el Ministerio de Gobierno. Sus motivaciones políticas las centró en el problema
de la educación, conocedor que al iniciar el siglo, más del 85% de nuestra población
era analfabeta.
Sin temor mantuvo una concepción elitista de la educación, llamando a
formar a un grupo selecto de hombres con capacidad de administrar un Estado más
moderno. «La salvación no surgirá de la voluntad colectiva, que es la más deprimida,
ni de la resurrección de las energías primitivas del pueblo, que no ha tenido sentido
de la creación científica de una nueva existencia, como aconseja Bagalgete a Francia,
por la inteligencia omnipresente de un grupo de hombres, que tenga conciencia
absoluta, profunda y clara del estado del país y los remedios que éste exige» («El
problema pedagógico nacional»).
Desde luego, Deústua no fue un bergsómano unilateral, su vinculación con el
neokantismo a través de los filósofos italianos, su aproximación a Wundt por la
vertiente de la Psicología y su proyección hacia la filosofía de los valores definieron
sus propuestas sociales.
Sobre las bases de estas premisas evoluciona el pensamiento de Alejandro
Deústua, hasta culminar en la concepción según la cual sólo en lo bello como

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