Tal y como somos, pero...
Autor | Dirección Ejecutiva |
Páginas | 13-14 |
IUS ET VERITAS 44
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Editorial
Tal y como somos, pero…
Y aun cuando muchos piens en que han cesado los pesares,
y alegrías recibidos aquí de aquellos que pueden ser
importa, ¿no?
Grave error podría ser creer ciegamente que, por naturaleza, la esencia de la humanidad es amorosa, solidaria
y/o benevolente.
selección natural determina la supremacía y victoria del más fuerte, astuto y “poderoso” (en nuestro país, llamado
satíricamente “el criollo”) sobre el más débil. Tampoco puede negarse que, de manera atávica, hemos interiorizado
que aquel individuo que ayuda a otro, de su misma especie o condiciones, a sus propias expensas está destinado
a la extinción o al fracaso.
Lo dicho en el párrafo anterior parece no estar equivocado. Téngase en cuenta que el hombre es un organismo
vivo integrado por millones de datos genéticos recogidos que han sobrevivido en un mundo altamente competitivo
a lo largo de millones de años. No debería caber duda de que el comportamiento egoísta y despiadado es lo que
ha mantenido viva a la especie. Si el ser humano no fuese egoísta, no permitiría que el más débil de su especie
desaparezca: la extinción del más débil parece ser parte del proceso evolutivo. Ahora bien, en este punto, es
necesario indicar que, si bien el comportamiento egoísta heredado es la clave de la evolución, no deberíamos
Pareciese que esta forma de actuar egoísta, durante millones de años, ha sido un buen negocio (el homo sapiens
cada vez mejor (ahora planea una misión tripulada a Marte, por ejemplo). Empero, no creemos que esta sea la
De acuerdo a una investigación que realizó el politólogo estadounidense Robert Axelroad, los sujetos que actúan
deshonesta para obtener sus objetivos. El experimento de Axelroad, a grandes rasgos, consistió, siguiendo el modelo
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