Venezuela y los tonos de gris

Por Farid Kahhat. Analista internacional En su comunicado sobre la situación en Venezuela, Mercosur respalda al gobierno de Nicolás Maduro ante ?los intentos de desestabilizar el orden democrático?, repudia ?todo tipo de violencia e intolerancia que busquen atentar contra la democracia y sus instituciones?, e insta a ?continuar profundizando el diálogo sobre los problemas nacionales, en el marco de la institucionalidad democrática y el Estado de derecho?. Es decir, la posibilidad de que una de las preocupaciones de cuando menos parte de los manifestantes sea precisamente la degradación del orden democrático y la vulneración del Estado de derecho no es contemplada en lo absoluto. Eso en un país en que el partido oficial copa todas las instituciones del Estado, y en que el gobierno emplea medios públicos para hacer proselitismo y acosar a los partidos y a la prensa de oposición.El anterior es un ejemplo más del uso que se da a los mecanismos regionales de respaldo a la democracia representativa (desde la Carta Democrática Interamericana de la OEA hasta el Protocolo de Ushuaia del Mercosur).Estos han sido sometidos a un tácito acuerdo de mínimos: de un lado, no parece importar que una campaña electoral no cumpla los requisitos necesarios para que la elección sea considerada libre y justa, siempre y cuando no se produzca un fraude ostensible en el recuento de votos. De otro lado, no parece importar cómo se ejerza el gobierno entre una elección y otra, siempre y cuando no se produzca una interrupción irregular del mandato presidencial. Es decir, salvo circunstancias extremas, los estados involucrados prefieren no invocar esos mecanismos.Nicolás Maduro intenta justificar la conducta de su gobierno alegando que enfrenta a una oposición a la que tilda sin distingos de ?fascista?, la cual buscaría propiciar un golpe de Estado. Cuando uno recuerda que los ?frentes populares? contra el fascismo que promovía en la década del 30 la Internacional Comunista solían incluir partidos liberales, no deja de llamar la atención que Maduro no encuentre diferencias allí donde incluso Stalin era capaz de percibir matices. Pero la acusación, según la cual, cuando menos parte de la oposición busca propiciar un golpe de Estado no carece de cierto asidero.Por ejemplo, al entregarse ante la Guardia Nacional de su país, Leopoldo López dijo que ?la salida tiene que ser pacífica, la salida tiene que ser dentro de la Constitución, pero también tiene que ser en la calle...

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