Nota de protesta al Brasil

Por Jaimede AlthausEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. La cancillería peruana debería enviar una nota de protesta al Brasil exigiendo una reparación porque la penetración corruptora de las empresas brasileñas en nuestro país, profundamente dañina y desmoralizadora, no fue el producto de iniciativas propias y aisladas de cada empresa sino fue una política de Estado dirigida desde los más altos niveles del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).Tuvo, de un lado, un objetivo geopolítico de orden imperialista: expandir la presencia económica y el control político del Brasil en América Latina y África principalmente. Los instrumentos de esa estrategia no fueron ejércitos sino grandes empresas privadas y públicas que coordinaban entre ellas para simular que competían en las licitaciones de los países atacados y que recibían el apoyo político de su Gobierno y la financiación concesional del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del Brasil (BNDES) para los proyectos que ganaban pagando sobornos. Se sobornaba incluso para conseguir la facilitación de proyectos innecesarios. Cuando hace tres años le pregunté al embajador Carlos Alfredo Teixeira si el hecho de que el ex presidente Lula viniera como embajador de Odebrecht al Perú, no era una forma de corrupción, lo negó enfáticamente explicándome que la expansión internacional del Brasil a través de sus empresas era una política de Estado. Pero dichas empresas no solo ganaban malamente licitaciones para ejecutar grandes proyectos, sino que financiaban campañas electorales de partidos ideológicamente afines al PT. Según se ha publicado, fue Lula quien usó a...

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