Muñeca brava

Por PolitólogoAlguien dijo que en el Perú todo es difícil, pero nada es imposible. En política es cada vez más cierto: era sumamente difícil que el fujimorismo, rechazado por medio país, obtuviera el 56% del Congreso y no fue imposible que el candidato más votado en San Isidro ganara la elección presidencial. Que levante la mano quien anticipó ese combo. En el Perú siempre es muy probable que ocurra lo improbable. Aunque hay causas, no hay leyes. Debemos recordarlo ahora que afloran diagnósticos tajantes y vuelve a profetizar el gurú estrábico: la historia está abierta y sus actores solo poseen un peso relativo y pasajero. Los mismos que le sugerían a PPK no polarizar la elección (o sea, que le recomendaban perderla) ahora lo convocan a que se entienda o cogobierne con el fujimorismo. La justificación: la primera vuelta la ganó el modelo económico. Que la segunda ?que es la importante, por eso ocurre después de la primera? la ganase una coalición en favor del Estado de derecho excluyendo explícitamente al fujimorismo debería ser obviado (en los mundiales esta gente debe emocionarse más con las semifinales que con la final). Además, como PPK sería irremediablemente débil en el Congreso, debería entregarse al fujimorismo cuanto antes. Es una interpretación válida y una propuesta legítima. Pero ya que quienes la sugieren son los mismos que le recomendaban a PPK perder la elección, lo razonable es seguir obviándolos. Ahora bien, encontrar una alternativa a esto no será fácil porque sospecho que PPK tiene el corazón partido. Viene de un longevo y feliz matrimonio con la derecha, pero en el último mes descubrió el ?thrill? del centro y la izquierda. ¿Luego de la aventura loca debe regresar al matrimonio pausado y recuperar su mandil de Ppkeiko? ¿O debe abandonarlo todo e irse a disfrutar la segunda juventud? Como esta no es una columna del corazón, responderemos incorrectamente: dupletea, PPK. Para pensar esta alternativa hay que regresar un momento a la campaña. PPK y su equipo deben tener claro el recorrido precario que hicieron de enero a junio. La eliminación de Julio Guzmán fue una transfusión de sangre para un PPK que ya volaba bajo. Cuando parecía que Verónika Mendoza lo superaría en la meta, Gregorio Santos le robó unos votos decisivos al Frente Amplio y barnechéveres asustados le dieron dos o tres puntitos vitales a PPK. En segunda vuelta, medio país se puso el alma cuando despuntó un fujimorismo aceitado con plata dudosa y dispuesto a...

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