El Juicio Político en América Latina

AutorFrancisco José Eguiguren Praeli
Páginas85-129
CAPÍTULO III
EL JUICIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA
Las nuevas repúblicas latinoamericanas, tras lograr su independencia de
la dominación colonial española, tendieron a organizar su régimen po-
lítico asumiendo el modelo presidencial de los Estados Unidos de Nor-
teamérica, con algunos matices y particularidades concretas. Lo mismo
sucedió con la adopción de la responsabilidad constitucional y penal
del Presidente de la República y de las altas autoridades gubernamen-
tales (impeachment), recogida tempranamente en las constituciones de
diversos países latinoamericanos y denominada en la doctrina constitu-
cional como Juicio Político. El profesor chileno Francisco Zúñiga ofrece
una interesante síntesis del desarrollo de esta institución en nuestro
continente:
El «impeachment» opera en los presidencialismos como un mecanismo
de «control interórgano de la Asamblea frente al detentador del poder
ejecutivo» (Loewenstein). Lo peculiar de este control es que, a pesar de
que el régimen presidencialista está asentado en la doble legitimidad
democrática del Parlamento y del gobierno, y en una separación rígida
de poderes, el «impeachment» hace excepción a la separación de po-
deres imponiendo responsabilidad constitucional (jurídico-política) al
gobernante, separándolo del poder.
La recepción del «impeachment» en América Latina se da en el cuadro
de un presidencialismo complejo en sus formas concretas de arreglo
institucional, lo que obviamente jugó en contra de la efectividad de me-
canismos propios de la «justicia política», por lo que estos mecanismos
han sido durante casi dos siglos una «espada oxidada», más aún las de-
masías en el ejercicio del poder por los gobernantes conducían casi nece-
sariamente a golpes de mano, golpes de Estado o revoluciones o bien al
recurso abusivo al Derecho de Excepción («dictadura constitucional»).
C 
86
En mucha menor medida, ya que las revoluciones de la independencia
en América Latina fueron revoluciones políticas y el soporte ideológi-
co dominante en la construcción del Estado fue el liberalismo, y las
tradiciones constitucionales americana y francesa (con un inf‌lujo más
impreciso del constitucionalismo gaditano), también conf‌luye en la
conf‌iguración de la acusación en Juicio Político e institutos análogos
el instituto del juicio de residencia del Derecho Público indiano y que
tiene raíces bajo medievales en Castilla León y en la «purga de taula» o
juicio de «purgar taula» de la Corona de Aragón (1283), juicios ligados
a un juramento que debían prestar los funcionarios de la Corona al asu-
mir sus funciones de observar las leyes y cumplir lealmente sus deberes,
y la necesidad de corregir o repara los yerros u ofensas que causaren.
En nuestra América el juicio de residencia fue empleado usualmente,
a veces como instrumento de venganza o de pérdida de la conf‌ianza
real. Sin embargo, siendo importante determinar las raíces del «im-
peachment» en América Latina, lo cierto es que hoy cobra relevancia
contextualizar los institutos de justicia política en el régimen político,
para f‌ijar su alcance efectivo como instrumento para hacer efectiva la
responsabilidad constitucional del gobierno. Y en este contexto la ma-
yor dif‌icultad la encuentra el «impeachment» en los casos de «hiper-
presidencialismo» en América Latina, en que el predominio del Poder
Ejecutivo viene asociado a un cierto liderazgo político, usualmente de
corte populista y/o autoritario (Bidart Campos-Carnota).
En nuestro continente la «justicia política», que adopta institutos como
la acusación en Juicio Político y análogos, es recepcionada práctica-
mente en todas las constituciones (Quiroga Lavié), fundada en causales
como el mal desempeño, la infracción de la Constitución o las leyes
y la comisión de delitos en el ejercicio de las funciones, actuando el
Congreso unicameral o bicameral como órganos de acusación y juz-
gamiento.
Lejana o en el pasado queda entonces la caracterización general del
impeachment como un mecanismo «demasiado pesado y difícil para
poner en marcha y desde todo punto de vista inadecuado para hacer
efectiva la responsabilidad de los funcionarios que se hallan sujetos al
mismo» (Linares Quintana) […]. Cabe hacer notar brevemente en este
lugar, que en los presidencialismos de América Latina desde hace dos
E J P  A L
87
décadas se observa un proceso de fortalecimiento de los «mecanismos
anticaudillistas», proceso en el que podemos insertar al vigorizado im-
peachment.69
A continuación analizaremos, brevemente, la recepción, desarrollo y
particularidades del impeachment o Juicio Político en algunos países de
América Latina.
1. Colombia
1.1. Antecedentes
La Constitución de 1821 reconocía, en su artículo 89°, que «la Cámara
de Representantes tiene el derecho exclusivo de acusar ante el Senado al
Presidente de la República, al Vicepresidente y a los Ministros de la Alta
Corte de Justicia en todos los casos de una conducta manif‌iestamente
contraria de las leyes; y juzgar, deponer y castigar según ellas a sus res-
pectivos subalternos».70 El artículo 97° establecía como una atribución
especial del Senado «ejercer el Poder natural de una Corte de Justicia,
para oír, juzgar y sentenciar a los empleados de la República acusados
por la Cámara de Representantes en los casos de los Artículos 89º y
90º». Al actuar el Senado como órgano judicial, la Cámara de Repre-
sentantes elegía a uno de sus miembros para que actúe como acusador,
siguiendo sus instrucciones (artículo 98°).
Con la admisión por el Senado de la acusación, el acusado quedaba
suspendido de su cargo (artículo 100°). La sentencia condenatoria tenía
que ser aprobada con el voto favorable de dos tercios de los senadores
presentes (artículo 101°), y podía imponer únicamente la destitución
del cargo o empleo al acusado y su incapacidad para ejercer cualquier
otro empleo honoríf‌ico, remunerado o de conf‌ianza en Colombia; el
acusado, pues, quedaba sometido a los procesos judiciales que pudiera
69 Zúñiga Urbina 2006: 6-9.
70 Restrepo Piedrahita 1995: 73-78.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR