Introducción

AutorJuan Morales Godo
Cargo del AutorProfesor de Derecho Civil y Derecho Procesal Civil , Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Pontificia Universidad Católica del Perú y Universidad de Lima
Páginas11-32

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Desde el campo de la filosofía y de la literatura, en el siglo pasado, se ha expresado la preocupación por lo que está ocurriendo con el ser humano y el futuro que puede depararle, ante el avance de la ciencia, la tecnología, la lucha por la hegemonía política-económica y el afán de poder. La humanidad atraviesa por una etapa de gran desarrollo científico, tecnológico y económico, pero lleno de contradicciones, porque si bien ha generado un mayor bienestar, también la ha colocado al borde de su propia destrucción. Como en ninguna otra época, el ser humano tiene en sus manos el poder de su propio destino; lo que haga o deje de hacer, con todo aquello que él mismo ha inventado, definirá el futuro de la especie humana.

Diversas obras de la literatura contemporánea traducen una corriente de pesimismo, una suerte de utopía negativa, que ve con preocupaciónPage 12 el destino de la humanidad. El futuro, en estas narraciones, no es promisorio, antes bien, reflejan desconfianza respecto al rol que le corresponde al propio ser humano, que debe administrar estos avances científicos y ejercer el poder político con sentido de responsabilidad y solidaridad.

La humanidad ha luchado y sigue luchando por la libertad; los grandes movimiento revolucionarios siempre anunciaron dicho propósito, la liberación del ser humano de las distintas modalidades de opresión que los sistemas crean, que los distintos regímenes políticos fueron generando. El propósito de esta incesante lucha ha sido para que el hombre pueda desarrollar libremente su personalidad y que los derechos fundamentales sean una realidad y no una mera declaración lírica, estampada en las Constituciones políticas de los Estados. Sin embargo, las formas que adquieren los sistemas de dominación son cada vez más sofisticados, por ello la urgencia de ir identificándolos y combatirlos, para garantizar la plena vigencia de los derechos fundamentales.

A diferencia de Tomás MORO, que en su Utopía nos pintó un mundo donde reinaba la paz, la solidaridad, la felicidad; esto es, un verdadero canto a la esperanza por el futuro de la humanidad; las obras como 1984, de George ORWELL: Un Mundo Feliz de Aldous HUXLEY; Nosotros del ruso ZAMAYATÍN, nos pintan un presente complicado para la existencia del ser humano, donde la transgresión de losPage 13 derechos fundamentales es asunto institucionalizado, siempre en aras de alguna justificación: "de los pobres", "del partido", "de la fe religiosa", "del sistema político", "del avance de la ciencia", "del mercado", etc. y, obviamente, su desesperanza por el futuro inmediato. Las motivaciones a que se recurren son loables, pero jamás podrán justificarse si es a costa del sacrificio de cualquiera de los derechos fundamentales del ser humano. Mientras MORO traduce un mensaje de posibilidad y creencia en la capacidad del ser humano de resolver los problemas más graves, generando una utopía positiva, los otros autores mencionados, por el contrario, advierten de la incapacidad del ser humano de trascender a los problemas y el peligro que se cierne sobre el destino de la especie humana. Reflejan una utopía negativa, pesimista.

Las obras en referencia, en realidad, muestran cómo los sistemas políticos invaden la vida privada de las personas, capturan y manipulan su identidad, en un afán por controlar el comportamiento de los conformantes de una sociedad y, así, permanecer en el ejercicio del poder. Sin embargo, no sólo es un tema de carácter político, sino que éste se despliega por distintas áreas de la cultura, como lo científico, religioso, económico, etc., tal como lo hemos referido líneas arriba.

En el campo de la filosofía, las obras de Erich FROMM, ORTEGA Y GASSET, Herbert MARCUSE, y, enPage 14 general, los filósofos de la corriente existencialista, nos plantean la problemática de la existencia del ser humano, la pérdida de su identidad, la masificación de la que ha sido objeto, esto es, la captura de su libertad, con fines de dominación. Por ello, la reacción de una corriente que viene de Europa, que pone el acento en la defensa de los derechos fundamentales del ser humano, de su libertad y dignidad, como base en la construcción de una sociedad auténticamente democrática.

Uno de los derechos fundamentales que se avizora como básico para el desarrollo del ser humano, y sobre el que debemos incidir para garantizar el despliegue de los demás derechos, es el derecho a la intimidad, que en el sistema norteamericano se ha convertido -en lo que podríamos considerar, al igual que los alemanes-, en la base de un gran derecho de la personalidad. De allí nuestro interés por realizar un segundo trabajo sobre el tema1, pero esta vez de carácter comparativo con el right of privacy norteamericano.

El derecho a la vida privada o derecho a la intimidad, como se le conoce en el Perú y en la mayor parte de los países que pertenecen a la familia romano-germano, o el right of privacy como se lePage 15 denomina en los Estados Unidos de Norteamérica, cobra singular importancia para el hombre contemporáneo. "Es el derecho más estimado por los hombres civilizados" como lo ha señalado el juez estadounidense Louis BRANDEIS2. La multiplicidad de formas cada vez más sofisticadas que existen para vulnerar dicho espacio físico espiritual, por distintas motivaciones, han colocado al ser humano en una situación de peligro permanente. Por razones mercantiles en algunos casos, de orden político en otros, a cargo de particulares o a cargo del Estado, el ser humano se ve expuesto a las intromisiones en su hogar, en sus comunicaciones, en su tiempo libre, etc., agravándose la situación con la posibilidad de divulgación de la información obtenida, transgrediendo este derecho que es la expresión de la libertad y de la dignidad del hombre.

Sin embargo, el desarrollo de este derecho no ha sido igual en todos los países. En el caso peruano su desarrollo ha sido incipiente y, si bien, se han dado enormes pasos en el campo legislativo, al incorporar este derecho en diversos cuerpos normativos, como la Constitución Política del Estado, en el Código civil de 1984 y en el Código penal dePage 16 1991; en cambio, el desarrollo jurisprudencial es limitado y en la doctrina poco se ha investigado.

En el Perú se ha puesto el acento en la defensa frente a la intromisión de terceras personas en los aspectos propios de la vida privada, y en el control de la información o divulgación de algún hecho concerniente a nuestra intimidad, que dicho sea de paso, fueron los primeros aspectos que fueron desarrollados por la jurisprudencia norteamericana; sin embargo, no se ha desarrollado el aspecto relativo a la autonomía, que cobra importancia para el hombre contemporáneo, por cuanto implica la posibilidad de adoptar las decisiones más importantes de su existencia, libre de manipulaciones. Este aspecto está relacionado con la formación del ser humano en la sociedad actual. Si consideramos que la intimidad es el rincón de la creatividad, de la reflexión, de la vuelta hacía sí mismo, para tomando conciencia de sí, de sus opiniones, de sus ideas, volcarse luego al exterior, ese espacio debe ser auténtico; pero, la sociedad presiona invadiendo ese espacio desde la niñez, tratando de...

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