Perú en conserva

Por Carlos Meléndez. Politólogo La propuesta del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, de convocar a referéndum el derecho de las mujeres embarazadas al aborto terapéutico y el derecho de parejas del mismo sexo a la ?unión civil? es improcedente.Primero, los asuntos de fe no deberían ser materia de escrutinio público. Segundo, constitucionalmente no se pueden llamar a consulta proyectos que supriman o disminuyan derechos fundamentales. Finalmente, la injerencia de poderes fácticos (la Iglesia, los militares) en la formulación de políticas públicas atenta contra la autonomía de un estado democrático.El debate sobre el aborto y la unión civil homosexual ha confirmado el carácter conservador de la sociedad peruana. Según una encuesta de representatividad nacional sobre los derechos humanos en el Perú (elaborada por el Ministerio de Justicia-Minjus a fines del 2013), el 68% cree que no debe permitirse el aborto en caso de violación (76% en las clases bajas y 83% en el mundo rural). Solo un 45% está de acuerdo con que profesores homosexuales enseñen en colegios. La gran mayoría reconoce que la comunidad LGTB está expuesta al maltrato físico (88%) y a la discriminación (93%). Somos un país en el cual el 42% afirma que los derechos humanos son un obstáculo para la lucha contra la delincuencia y el 60% está a favor de la pena de muerte por cometer actos terroristas.Imaginemos que dicho referéndum procede. ¿Tendrían éxito las propuestas conservadoras? No necesariamente. De hecho, tengo malas noticias para los católicos conservadores: en medio del dominio tradicionalista, existen vetas progresistas. El peruano promedio suele mostrarse más liberal en su justificación de la interrupción del embarazo ante el peligro de la salud de la madre...

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