Capitalismo: en busca del equilibrio

Por John Gapper. Comentarista jefe de negociosCuando el papa Francisco publicó su primera exhortación apostólica en noviembre, apuntó al capitalismo moderno por fomentar la ?idolatría del dinero? y la creciente desi-gualdad en el mundo.?Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, la mayoría se queda cada vez más lejos del bienestar que esa minoría feliz disfruta. Este desequilibrio es el resultado de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera?, escribió el Papa en ?Evangelii Gaudium? (La alegría del Evangelio).Sus palabras fueron bien acogidas por muchas personas que enfrentan el aumento aparentemente inexorable en 1% de los más ricos y el estancamiento de los ingresos para la clase media en las economías avanzadas. Sin embargo, para el mundo en su conjunto, el Papa se equivocó en ambas consideraciones. La distribución de los ingresos no solo se ha vuelto más equitativa, sino que el mérito puede ser del capitalismo.Las mismas fuerzas que han socavado los empleos de manufactura y de oficina en EE.UU. y Europa han sacado a cientos de millones de personas de la pobreza en China y la India. Estas han hecho que las economías occidentales sean mucho más desiguales mientras se inclina la balanza global hacia la igualdad. Los ganadores son los trabajadores de las fábricas en China e India; los perdedores, la clase media occidental.Las presiones de la desigualdad se edificaron en las sociedades industrializadas durante dos o más décadas, pero han sido reforzadas por la combinación de la crisis financiera del 2008-2009 y la excesiva riqueza de la élite. La democracia económica de mediados del siglo XX está dando paso a una distribución de la riqueza más parecida a la de la época eduardiana o victoriana.?Se trata sencillamente de capital y trabajo?, dice Tony Atkinson, profesor centenario de la London School of Economics. ?Vemos todo tipo de cambios que han beneficiado al capital. Ellos tienden a igualar los salarios globales, lo que significa reducirlos en los países ricos?.Las tensiones se intensifican por la desigualdad entre generaciones. Los ?baby boomers? de la posguerra disfrutaron de una mayor prosperidad que sus padres: ingresos en constante aumento, estados de bienestar social sólido y pensiones con prestaciones definidas.Aquellos nacidos en los años 1970 y 1980 tienen menos beneficios, enfrentan ingresos en estancamiento en la mitad de su carrera y deben pedir más préstamos...

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