Cambios en la organización empresarial y sus efectos laborales
Autor | Elmer Guillermo Arce Ortiz |
Páginas | 111-151 |
CAPÍTULO III: CAMBIOS EN LA ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL... 111
CAPÍTULO III
Cambios en la organización empresarial
y sus efectos laborales
Objetivos:
En el presente capítulo, el alumno deberá conseguir principalmente los siguientes
objetivos:
1) Identifi car el prototipo tradicional de empresa.
2) Conocer los efectos de la globalización, descentralización productiva, nuevas
tecnologías, etc., sobre la forma tradicional de organización empresarial.
3) Entender la diferencia entre empresa y grupo de empresas.
4) Detectar los efectos laborales del grupo de empresas no regulados en la legislación
actual.
5) Analizar los distintos mecanismos de colaboración entre empresas: intermedia-
ción y subcontratación.
6) Identifi car los vacíos legislativos en la regulación de los efectos laborales de la
intermediación y subcontratación.
7) Entender el fenómeno de la transmisión de empresa y sus efectos laborales.
La globalización de la economía, la generalización de los mercados fl exi-
bles, los procesos de descentralización productiva, el desarrollo de la
competencia en mercados saturados por ofertas diversas de productos
o la incursión de un nuevo paradigma tecnológico basado en la información,
son algunos de los cambios estructurales que vienen transformando la realidad
contemporánea. Lo cierto es que a pesar de la posibilidad de ampliar esta lista
de cambios, bastan aquellos para evidenciar que si sus efectos tienen incidencia
ELMER G. ARCE ORTIZ
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sobre la realidad social y económica actual, también lo han de tener sobre las
relaciones de trabajo. Es decir, estos factores de alteración empujan hacia la
conformación de nuevas formas de trabajo a las que el Derecho Laboral no
puede ser ajeno.
En este sentido, no es casualidad que las mayores transformaciones
se hayan detectado en la propia confi guración de los sujetos laborales. De
un lado, los procesos de reestructuración de los puestos de trabajo vienen
incentivando la creación de un trabajador más autónomo, altamente califi -
cado e integrado a los objetivos empresariales, mientras de otro, la fi gura
del empleador va haciéndose más compleja, dejando de lado la tradicional
identifi cación del ejercicio del poder de dirección laboral en la persona del
dueño del capital140. No obstante, el avance acelerado de estas nuevas rea-
lidades en la economía actual, las transformaciones desde la óptica del em-
pleador cuentan por ahora con un tratamiento marginal tanto en la doctrina
como en la legislación. Quizá la novedad del fenómeno o quizá la excesiva
predilección de los estudiosos por la fi gura del trabajador como sujeto prin-
cipal del derecho del trabajo, pueden explicar esta situación de desatención
o abandono del empleador141.
Ahora bien, es por esta razón que cualquier estudio del empleador deba
partir necesariamente de un análisis profundo de la realidad socio-económi-
ca. Como ya se dijo, la organización del capital se va tornando cada vez más
compleja, con el consiguiente riesgo de oscurecer la identifi cación del sujeto
titular de la actividad empresarial.
Frente a un modelo taylorista de «identifi cación clara» donde el sujeto
patronal era una persona física, propietario de los medios de producción, que
ejercía el control sobre todo el ciclo de producción y con independencia fi nan-
ciera, emergen modelos fl exibles de organización empresarial que vienen a
cuestionar aquél modelo. Modelos fl exibles éstos que, precisamente, aborrecen
las organizaciones empresariales compactas y unitarias con el fi n de ajustarse
a los cambios permanentes de la demanda y la oferta del mercado142.
140 CASTELLS, M., La era de la información: economía, sociedad y cultura, Madrid, tomo I, 1997,
capítulos 3 y 4.
141 CRUZ VILLALÓN, J., «Los cambios en la organización de la empresa y sus efectos en
el derecho del trabajo: aspectos individuales», en El empleador en el Derecho del Tra-
bajo, XVI Jornadas Universitarias Andaluzas de Derecho del Trabajo y Relaciones
Laborales, 1999, pp. 31 ss.
142 CRUZ VILLALÓN, J., «Notas acerca del régimen contractual laboral de los grupos de
empresa», en TL, 1996, p. 32.
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En las páginas siguientes, vamos a analizar los efectos laborales que han
venido a desatar los modelos fl exibles de organización empresarial. Para ello,
vamos a centrarnos en dos de éstos. En primer lugar, los grupos de empresas.
En segundo lugar, las empresas que brindan servicios o realizan obras a otras
(intermediación y subcontratación entre empresas).
1. EL GRUPO DE EMPRESAS
1.1. Concepto de grupo de empresas
El grupo de empresas no es otra cosa que varias empresas, jurídica-
mente independientes, sometidas a una estrategia general común. Esto es, la
interrelación de unidades empresariales autónomos en torno a una dirección
unitaria. Si se quiere, en oposición a la estructura empresarial simple, se trata
de un centro múltiple de actividades empresariales. Hay pluralidad de acti-
vidades empresariales, a diferencia de la empresa tradicional cuya actividad
es siempre única.
En algunas ocasiones el grupo podrá conformarse por subordinación y
en otras por coordinación. En el primer tipo, las empresas que forman el gru-
po obedecen a una empresa matriz que personifi ca la dirección unitaria. No
hay poder de negociación de aquellas sobre las directivas emanadas de esta
última. En cambio, en el segundo tipo, las empresas que conforman el grupo
no se someten al designio de ninguna de las otras empresas. Todas negocian
conjuntamente las decisiones de la dirección unitaria.
Resulta imprescindible, por eso, poner el acento en la pluralidad de
empresas más que en la pluralidad jurídica, dado que esta última bien puede
encubrir supuestos de grupos fi cticios o fraudulentos143. En el caso de estos
falsos grupos, lo que se busca es fragmentar arbitrariamente en distintas per-
sonas jurídicas lo que en verdad es una única actividad empresarial. De ahí
que, el requisito de la personalidad jurídica de las empresas que conforman
la agrupación, es un requisito que por ser formal resulta necesario aunque no
sufi ciente para determinar la presencia de un grupo de empresas.
1.2. El empleador en el grupo
Si se mira bien, en la defi nición de grupo de empresas propuesta, no se
encuentra ninguna mención al empresario en tanto dueño del capital inver-
143 CRUZ VILLALÓN, J., «Notas acerca del régimen contractual laboral...», p. 37.
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