La burbuja tecnologica que no salvo la educacion.

AutorMontoya, Karina

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Cuando tenía unos nueve años, trajeron unos legos y computadoras con software MS-DOS al colegio. Ahora que lo recuerdo, cada alumno tenía su propia computadora. Nos enseñaron a armar figuras ingresando comandos: casi siempre terminaba haciendo una tortuga. Los legos, si no me falla la memoria, en algún momento sirvieron para construir una especie de camioncito que, mágicamente, se movía cuando lo conectabas a un equipo parecido a una PC.

Nunca descubrimos qué más se podía hacer con el MS-DOS aparte de las figuritas, ni cómo demonios los carritos hechos de legos lograban moverse al ser conectados a una fuente eléctrica. Los profesores decían que podíamos malograr estos aparatos si los tocábamos mucho, así que nadie hacía nada más de lo que nos enseñaban. A fin de año, no había legos ni PC para nadie. Tampoco supimos por qué.

Cuando cumplí once años, aparte de mí, nadie tenía una PC en su casa, pero mis amigos no se quedaban atrás gracias a ese boom de cabinas de internet que hubo en Lima. En el colegio, sin embargo, ahora teníamos que compartir una PC entre tres, nadie nos enseñó a usar el Office y la verdad es que ya ni recuerdo qué hacíamos cuando nos "conectábamos". Probablemente chateábamos en Messenger.

En economía, cuando se produce una burbuja, la especulación hace que los precios de ciertos activos o productos comiencen a subir de tal manera que se alejan del valor real de lo que se compra. Se especula tanto que un bien puede llegar a ser absurdamente caro y nadie parece ver lo que está sucediendo hasta que ya es muy tarde.

Luego de más de una década de mis primeras experiencias tecnológicas, me doy cuenta de que viví en una burbuja así. O tal vez nos obligaron a vivir en ella. En este caso, se especuló que el valor de una PC o de los legos era mayor que la curiosidad del alumno o la utilidad que le daría fuera del aula. Adquirir conocimiento que se aplique más allá de la propia herramienta no fue una prioridad entonces. La burbuja no ha estallado aún, pero tampoco parece estar reduciéndose.

¿APRENDEMOS EN LA RED?

Trascurridos más de veinte años del uso de internet fuera de las universidades (incluso se ha designado un día para celebrarlo: 17 de mayo), no está de más volver a preguntarnos si el sector público educativo ha comprendido que las herramientas no deberían estar sobre el conocimiento que los alumnos saquen de ellas. ¿Estar "conectados" asegura desarrollar otras capacidades cognitivas aparte de saber...

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