Capitanes de nada

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaA muchos de los que están a la cabeza de los poderes públicos, el incumplimiento de las leyes no parece decirles nada y el objetivo del bien común que ellas persiguen apenas si les preocupa.Son y se sienten capitanes de procesos de legislación, promulgación y reglamentación de leyes. De nada más. Si pueden reclamar su rúbrica en cada uno de estos procesos, lo harán siempre encantados.No son ni se sienten capitanes de leyes que funcionen. Es más, el consuelo de las excepciones del caso, por su alcance restringido, no le sirve finalmente al país.Venimos siendo testigos, por ejemplo, de la incapacidad funcional y moral del Congreso para nombrar a los magistrados del Tribunal Constitucional. La capitanía legislativa en este tema no la ejerce el presidente del Parlamento, Fredy Otárola Peñaranda. La usurpa un trío de bancadas (la humalista, la fujimorista y la aprista) con una tiranía de veto cruzado orientada a dejar las cosas como están: con un Tribunal Constitucional hecho a la medida del tumulto jurídico.El Congreso de la República divide su funcionamiento en tres tipos de parcelas: las muy escasas y expeditivas; las cautivas, de dominio del oficialismo y sus aliados; y las anárquicas, donde reinan algunas minorías fuertes. El hecho es que el nombramiento de magistrados del Tribunal Constitucional y del defensor del Pueblo, al igual que importantes reformas como la política y la electoral, no forman parte de ninguna agenda legislativa responsable y viable.En este espacio político y social en el que las leyes de la República han pasado a constituir un inventario inútil y el...

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